“Estampas de aldea” es una colección de 36 relatos breves agrupados en cinco áreas temáticas que exaltan la vida rural: las vacas, los chicos, las fiestas, los pastores y las tareas. Fue escrito por un maestro de escuela que recuerda su infancia en un pequeño pueblo de Segovia (La Cuesta) en los albores del siglo XX. Tiene valor pedagógico, literario y etnográfico. Aún siguen allí la iglesia, la casa, el pozo, los prados y la sierra. Los ejemplares de aquel libro fueron requisados y destruidos a partir de 1937; solo quedan tres en bibliotecas públicas: Residencia de Estudiantes, Biblioteca Nacional y Universidad de Salamanca. ¿Cómo pudo ser censurado un texto tan bello e inocente?
Ha renacido un libro escolar que tuvo un breve recorrido entre el año de su edición, 1935, y su inclusión en una lista de obras prohibidas, en 1937
El libro fue editado con cariño y con unas estupendas ilustraciones de Miguel Prieto (1907-1956), un artista que colaboró con Alberti, Lorca, Neruda, con las Misiones Pedagógicas, y que, exiliado, pasó a ser el padre del diseño gráfico mejicano. El maestro que escribió aquellos relatos fue Pablo de Andrés Cobos (1899-1973), un niño de aldea que se convirtió en maestro y amigo de Manuel Bartolomé Cossío, María Zambrano, Antonio Machado, Eduardo Martínez Torner, Juan David García Bacca, Alejandro Casona, Ángel Llorca y tantos otros. Pablo de Andrés participó en las Misiones Pedagógicas y en la Universidad Popular de Segovia, fue maestro, periodista, escritor, filósofo y editor: impulsó, junto a Norberto Hernanz y David Bayón, la aparición de la revista Escuelas de España (1929-1936), referencia pedagógica imprescindible que se puede consultar en la Hemeroteca Digital Hispana. Cobos fue apresado al estallar la sublevación militar de 1936 bajo la paradójica y falsa acusación de “rebelión militar”. Pudo sobrevivir expulsado del magisterio, practicando una resistencia silenciosa, y seguir escribiendo en los últimos años de su vida.
Aku Estebaranz y Ainhoa Zufriategui descubrieron Estampas de Aldea en una librería de ocasión y les gustó tanto que decidieron emprender su reedición a través de un proyecto de micromecenazgo. La edición facsimilar se acompaña de un volumen con estudios complementarios sobre el autor y la trayectoria de aquella publicación. Además, se han incluido dos narraciones inéditas de Pablo de Andrés Cobos y la conferencia sobre la pedagogía en la aldea que ofreció en el Ateneo de Madrid, en 1930, a instancias del señor Cossío. La documentación empleada fue cuidadosamente conservada por Enriqueta Castellanos, esposa de Cobos y también maestra. Milagrosamente, aquel libro censurado ha resurgido del olvido para conocer una segunda vida que sus autores nunca pudieron imaginar. Â