Ángel Chica Blas
Cómic: Manual de instrucciones.
Roberto Bergado, Pepe Gálvez, Antoni Guiral y Jesús Redondo.
318 págs. Astiberri Ediciones, Bilbao, 2016.
Los cómics de Astérix eran los más demandados en la biblioteca de mi colegio. Pasaban de mano en mano y nos llegaban los comentarios de otros niños antes de tener la oportunidad de abrirlos. En los largos veraneos de aquellos tiempos, nunca faltaba en la casa de los primos un montón de viejos tebeos, impresos en papel modesto, con los que distraer las largas y calurosas horas de la siesta. Durante el servicio militar se pasaban de mano en mano los ejemplares de “El Víbora”, que bordeaban lo prohibido de entonces. Era un género que parecía destinado a niños y jóvenes, aunque también los adultos lo disfrutaban. La apreciación actual del cómic es muy distinta. Ha pasado de ser un entretenimiento efímero, menospreciado y algo clandestino, a convertirse en un género literario y artístico contemporáneo. Forma parte de la cultura pop. Está vinculado con el dibujo y la pintura, el diseño y la tipografía, el cine y la literatura, pero también con la publicidad, la literatura o la iconografía que podemos ver en los más diversos ámbitos: tecnologías, transportes y comunicaciones. Incluso con los antiguos miniaturistas y retablistas medievales. Durante el último siglo, las historietas han experimentado un brillante desarrollo, en el que podemos encontrar grandes creadores españoles.
Astiberri nos ofrece una guía práctica sobre los procesos de realización, edición, impresión, distribución o venta, sobre la situación actual o el cómic digital, junto a una estupenda selección de libros comentados. Este manual es producto del taller convocado durante varios años por la Alhóndiga de Bilbao. Ha sido escrito por cuatro especialistas de distinto perfil profesional y enriquecido con varias entrevistas que aportan otras voces y puntos de vista. Es una guía que puede satisfacer por igual la curiosidad de devotos como legos en la materia. El tratamiento serio y documentado que se adopta es al mismo tiempo una apasionada reivindicación de un género que ya ha alcanzado hace muchos años la plena madurez.