Sin embargo, el gasto educativo ha pasado del 4,95 % del PIB en 2009 al 4,26 % en 2016, lo que supone un 14 % menos (Gráfico 1). Es decir, la recuperación ha llegado, pero no para la educación, que sigue en el nivel más bajo al que descendió con los recortes efectuados con la excusa del control del gasto público.
No todas las partidas del gasto público educativo se han reducido o se han reducido por igual. Si bien los programas más compensadores (los que se refieren a la atención a la diversidad y a becas) han sufrido a nivel global recortes un poco menores que la media, el Ministerio de Educación ha reducido su inversión en ambos programas más que la media. Mientras esto sucede con las partidas que más ayudan a mejorar la equidad, una de las partidas menos compensadoras (la destinada al pago de conciertos y subvenciones) ha tenido una evolución muy diferente.
Para llevar a cabo un análisis más detallado y homogéneo, vamos a analizar la distribución del gasto total, del Ministerio de Educación y de las cuatro comunidades autónomas con más población (Andalucía, Cataluña, Madrid y Comunidad Valenciana), tomando como base 100 la cantidad gastada en 2009, viendo la evolución a partir de esa base (Gráfico 2).
En 2015, los recursos destinados a conciertos y subvenciones ya superaban la cantidad que se gastó en 2009, no reduciéndose en los años de la crisis más de un 3 %.
Por el contrario, el conjunto del gasto público educativo ha llegado a perder un 16,6 % y en el año 2015 aún estaba a un 13,3 % de lo gastado en 2009. Dentro de esta cantidad están incluidos los fondos para conciertos, con lo que el resto de las partidas del gasto público educativo han tenido y tienen una evolución peor que la media. Esto sucede mientras, en los cursos de la crisis, el porcentaje de alumnado ha crecido en los centros públicos de enseñanzas de régimen general, ganando peso en el reparto de la escolarización por redes. Esto también se cumple en el caso de Cataluña y Madrid. En Andalucía, el estudiantado de la red pública ha disminuido medio punto y en la Comunidad Valenciana 9 décimas.
Ministerio de Educación
El Ministerio de Educación también ha recortado menos en conciertos que en el conjunto del gasto público educativo. No obstante, sus conciertos son escasos, por lo que hablamos de cantidades poco significativas. Lo importante es que estamos 28 puntos porcentuales por debajo de lo que se gastaba en 2009, siendo el Ministerio quien debiera garantizar (con becas, programas de educación compensatoria, etc.) la igualdad de oportunidades en el ejercicio del derecho a la educación.
Madrid
De todos los que presentamos, el de la Comunidad Autónoma de Madrid es el ejemplo más extremo de inequidad en la distribución de los recortes en la crisis: en 2015, el gasto público educativo todavía estaba 12 puntos por debajo de su nivel de 2009, pero los fondos destinados a conciertos y subvenciones (que en Madrid tienen mucho peso) nunca se han reducido y están un 9,6 % por encima del nivel de 2009. El alumnado de los centros públicos ha crecido más que el de los privados, pero la asignación de recursos es la inversa: muy congruente con la libertad de elección.
Andalucía
En Andalucía los recortes han sido similares (el total y el de los conciertos) y nunca han superado el 8,5 %. En todo caso, en 2015 se aproximaba al 96 % de lo gastado en 2009; es decir, se mantienen los recortes, pero, en comparación con las otras comunidades y administraciones, sale mejor parada.
Cataluña
Otro caso de divergencia en la asignación del gasto es el de Cataluña. Llegó a caer un 19,9 % en 2014 y, en el año 2015, aún estaba 13 puntos por debajo de la inversión realizada en 2009. Los fondos para conciertos tienen un peso importante en este territorio. Los recortes en conciertos han sido menores que los del total del gasto. No obstante, ya han recuperado el nivel de 2009. Y eso que el porcentaje de alumnado en centros públicos ha pasado del 63 % en el curso 2008/09, al 65,7 % en 2016/17. Todo un ejemplo de inequidad.
Comunidad Valenciana
La Comunidad Valenciana también destaca por una mala distribución de los fondos: los destinados a conciertos apenas sufren recortes y ya han alcanzado el nivel de 2009. El conjunto del gasto llegó a recortarse un 19,3 %, y en 2015 todavía faltaban 15,3 puntos para recuperar el nivel de inicio de la crisis.
Gasto privado
Frente a los recortes y la inequidad en el gasto público, asistimos a la cesión de bienes (suelo público) a entidades privadas, desgravaciones fiscales por gastos en los que incurren casi en exclusiva quienes van a centros privados (uniformes), asignación de “becas y ayudas” que pueden percibir familias con rentas muy elevadas por carecer de requisito económico, etc. CCOO denuncia que falta transparencia para poder conocer el verdadero alcance de estas medidas.
Según el Ministerio de Educación, la evolución del gasto privado en educación es la recogida en el Gráfico 3.
Tomando el gasto privado de 2008 como 100, en 2014 (últimos datos disponibles) estábamos en 142,3, es decir, se ha producido un incremento del gasto privado en educación del 42,3 %. De toda la Unión Europea, solo Reino Unido está por encima (levemente) en el porcentaje que supone el gasto privado en los niveles no universitarios; y solamente Reino Unido, Italia y Portugal lo están en el nivel universitario. En los países desarrollados, el gasto privado en educación no es importante, se asume que es en los centros públicos donde se hace país, se comparten los valores sociales y se incorporan críticamente a la sociedad en un contexto en el que se busca la igualdad de oportunidades.