Debemos seguir luchando de manera conjunta, precisamente porque todos estos profesionales tampoco están exentos de las dificultades que afectan al conjunto de la sociedad: la desregulación y atomización de la negociación colectiva, las limitaciones a los marcos de diálogo, las propias limitaciones presupuestarias, la pérdida de equilibrio entre la densidad y presencia sindical y la tasa de cobertura de la acción sindical, etc.
Y, por tanto, debemos incidir en la apuesta por políticas de distribución igualitaria de la renta, por incrementar la participación sindical a través de legislaciones que garanticen el derecho a la negociación colectiva y a la interlocución social, la batalla en la defensa del ejercicio del derecho a la huelga…
Este 40º aniversario es en sí mismo un reconocimiento a toda esa labor realizada como sindicato de clase, donde la Federación de Enseñanza ha permanecido atenta a la constante mejora de la sociedad en general y la educación en particular. Y, al mismo tiempo, nos debe recordar la responsabilidad que hemos de continuar ejerciendo, con una clara apuesta, más allá de las condiciones laborales, por un modelo de escuela pública, democrática, participativa, inclusiva, basada en la cohesión social y la equidad. Una escuela que asegure la igualdad entre todas las personas.
La educación es un derecho fundamental y universal. La inversión es indispensable para garantizarla, para que se permita el ejercicio real del derecho de todos los niños y niñas, especialmente el de quienes están en situación de exclusión social. Y donde se debe potenciar la construcción de personas, independientemente de su sexo, sin estereotipos, es decir, basándonos en la coeducación.
Durante estos 40 años, para la Confederación de CCOO, la Federación de Enseñanza ha sido un elemento esencial en la construcción de una sociedad más justa y equilibrada. Seguirá siendo central ante los retos de un mundo globalizado con riesgos de creciente desigualdad.