Recordemos que las funciones de este personal permanecen prácticamente idénticas desde hace cuarenta años. Es incuestionable que las actuales concepciones de la atención a los niños y niñas con dificultades especiales son drásticamente distintas y existen nuevas necesidades en los centros que exigen un perfil más profesionalizado de este personal.
Este sector profesional se enfrenta, en el ejercicio de sus funciones, con un gran abandono, muchísimas incongruencias y nulo apoyo del resto de profesionales. ¿Por qué? Aunque tienen a su cuidado al alumnado más vulnerable, no se les exige una formación mínima adecuada cuando tienen la responsabilidad del cuidado y la atención sin ninguna pauta, protocolo, seguimiento ni coordinación, en muchos centros, que oriente si es o no es adecuado lo que hacen. Pareciera que es suficiente la buena voluntad que se les supone.
Apoyo a la diversidad
La ley estableció que el personal de servicios educativos complementarios formara parte del equipo de apoyo a la diversidad de los centros. Se pretendía consolidar la coordinación, la planificación y la toma de decisiones compartidas por toda la comunidad educativa, pero es necesario crear el tiempo y el espacio para que eso sea real, por lo que en muchas ocasiones se obvia. Y esto se hace todavía más evidente porque existen momentos donde no está el docente, como el comedor escolar y los tiempos anteriores y posteriores, donde este alumnado está bajo la única tutela del personal auxiliar educativo.
¿Capacita la enseñanza básica para atender los problemas de deglución del alumnado gravemente afectado? Y los problemas de conducta, ¿saben cómo actuar ante este difícil problema o conocen medidas de contención? A estos y estas profesionales se les suponen conocimientos y criterio para atender al alumnado, sean cuales sean sus métodos de comunicación y sus dificultades, tanto físicas como psíquicas, y que dominan los métodos de enseñanza de las habilidades de la vida diaria y de cuidado personal con el objetivo de hacerles cada vez más independientes.
Responsabilidad
Durante años, el alumnado y la Administración se han beneficiado de la formación superior que tenía este personal y su implicación realizando labores fuera de sus funciones. Sin embargo, en muchos casos, en vez de conseguir agradecimiento y apoyo, se ha llegado a la culpabilización de todo aquel que no lo hacía, como si fuese una dejación de sus funciones. Realmente en muchos casos es imposible.
Estos y estas profesionales, además, tienen la responsabilidad de administrar la medicación y atender al alumnado con enfermedades crónicas, cuando no hay personal sanitario. Madres y padres de estudiantes son enseñados por el personal sanitario para reconocer los síntomas que anuncian una complicación, pero nadie enseña a las y los auxiliares educativos. Lo último que se les está pidiendo a las y los profesionales de este sector es que administren la alimentación por vía enteral, directamente en el tracto gastrointestinal mediante sonda. ¿Es conveniente que personal no sanitario realice esa tarea habiendo personal especializado en el centro?
Creemos que los centros tienen muchas necesidades y este personal puede ser una ayuda fundamental si participa como miembro de un equipo donde se unifiquen objetivos, métodos y pautas de actuación. Por todo ello, le pedimos su apoyo en el objetivo de conseguir un cambio de perfil para estas y estos profesionales, que asuma una mayor cualificación y unas funciones más educativas (no docentes), y más acordes a las necesidades y a la realidad de los centros.