Es imprescindible desaprender a leer con los ojos de la masculinidad “todopoderosa” en los tiempos que corren y con este libro puedes dar el primer paso al amplio repertorio de escritoras y escritos de grandes mujeres que encontraron el valor de hacerlo, justo en tiempos de gran dificultad, con un enfoque transatlántico que da pie a comprender muchas de las situaciones de fronteras vinculadas a las etapas colonialistas.
De enorme importancia para la educación en general, y la enseñanza secundaria y universitaria en particular, la historia de las mujeres pasa por poner en valor a esas “otras” que habitan los márgenes, por generar la costumbre de la lectura válida, comprometida y potente de voces y figuras femeninas que en cada época han marcado un camino hacia el cambio y la transformación.
Un grupo de mujeres que, escribiendo desde las fronteras sociales y culturales a las que ha sido relegadas, establecen y describen el complejo camino de la interseccionalidad. Críticas solventes sobre las costumbres, los matrimonios de conveniencia, la clase social y el género, las relaciones desiguales y en sumisión, el divorcio o la emancipación de las mujeres, entre otros.
Trece ejemplos que, con gran fluidez, no solo evidencian la literatura del cambio con letras de mujeres, sino que marcan diferentes contextos sociopolíticos e históricos que hacen la lectura de este libro más que interesante, educativa y pedagógica para el alumnado, y que sirve perfectamente como herramienta para incorporar al currículo de Secundaria.
Mercedes Santa Cruz y Montalvo, Condesa de Merlín (Cuba), Flora Tristán (Perú), Carmen Arriagada (Chile), Gertrudis Gómez de Avellaneda (Cuba), Juana Manuela Gorriti (Argentina), Soledad Acosta de Samper (Colombia), Eduarda Mansilla (Argentina), Rosalía de Castro (España), Refugio Barragán (México), Emilia Pardo Bazán (España), Clorinda Matto de Turner (Perú), Adela Zamudio (Bolivia) y Carmen de Burgos (España) son nombres propios, encrucijada de caminos con vivencias similares, que ponen de manifiesto el enorme legado de las mujeres y del que tenemos que empezar a ser conscientes por cuestiones de talento, cultura, responsabilidad y, por supuesto, de justicia.