Dicho todo esto, lógicamente para la Federación de Enseñanza de CCOO es fundamental fomentar la solidaridad y la cooperación internacional y potenciar así el movimiento sindical internacional. Las actividades que se desarrollan en la IE están totalmente en consonancia con esta política y de hecho algunos sindicatos, especialmente los de países nórdicos, tienen una vasta experiencia en materia de cooperación internacional.
Muchos de los derechos de los que disfrutamos hoy en día no habrían podido ser alcanzados en solitario. Hemos conseguido hacerlos realidad uniéndonos en solidaridad y trabajando por el bien común.
Una cuestión de solidaridad a través de las fronteras
La solidaridad sindical internacional constituye una prolongación natural de los valores de solidaridad que cada sindicato promueve entre sus afiliados y afiliadas dentro de su país. Cooperar con un sindicato de la educación de otro país es pasar a formar parte de la comunidad de docentes y unirse a la comunidad mundial de sindicatos de la educación. Se trata de poner en práctica nuestro valor fundamental: alentar a quienes disfrutan de una situación más favorable a apoyar a quienes se enfrentan a dificultades, y animar a estos últimos a pedir ayuda para superar esas dificultades.
Al ayudar a las demás personas, nos ayudamos a nosotras mismas. A todos los sindicatos les interesa ayudarse mutuamente y fortalecer su capacidad de hacer frente a los desafíos que se plantean en la educación –y en la sociedad– a nivel mundial. Muchas políticas nacionales relativas a los servicios públicos, entre las que se encuentra la inversión destinada a la educación, están influenciadas por organizaciones internacionales como el Banco Mundial y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). También existen grupos internacionales privados que promueven la comercialización de la educación en todo el mundo y ejercen su influencia en muchos países. Las políticas nacionales, regionales y mundiales que erosionan el valor de la educación pública de calidad son perjudiciales para garantizar unas sociedades justas, para la cohesión social, el desarrollo económico, el funcionamiento democrático, la erradicación de la corrupción, la independencia del poder judicial, la libertad de prensa y para la seguridad en todo el mundo.
Bajo la amenaza de estas políticas hostiles y de las crisis mundiales, los países, los sindicatos y las personas pueden dejar de tener acceso a los derechos humanos y sindicales, a un diálogo social equilibrado y a un sistema de educación pública gratuita y de calidad, y la situación del personal docente puede verse perjudicada.
Las crisis climáticas, alimentarias y sanitarias en una parte del mundo afectan a la ciudadanía, al igual que las guerras, las dictaduras, los actos de terrorismo, las sequías, las inundaciones y otras crisis mundiales. Los progresos realizados con respecto a los derechos humanos y sindicales, los servicios públicos, la educación pública de calidad y la situación del personal docente en cualquier parte del mundo nos ayudan a progresar en nuestros países. Dicho de otro modo, ayudarse mutuamente para seguir progresando en estos frentes redunda en interés de todos los sindicatos.
La promoción de esta solidaridad y la cooperación refleja un principio básico que guía nuestras acciones como movimiento sindical: juntos somos más fuertes. Recurrimos a nuestra fuerza colectiva para ayudarnos y en este sentido es importante recordar nuestro apoyo a otros sindicatos participando en videoconferencias, en envíos de cartas de denuncia a sus gobiernos y en las redes sociales, etc. en aquellos países en los que las condiciones políticas, sociales y económicas u otras impiden el ejercicio de los derechos humanos y sindicales, como ha ocurrido en Brasil, Argentina, Irán, Serbia, Nigeria, Palestina, México, Honduras, Colombia, Haití, Chile, etc. Otra manera de realizar cooperación sindical ha sido la realización de jornadas en Madrid, Barcelona, País Valencià, Badajoz y Málaga con diferentes sindicatos: GEW (Alemania), CTERA (Argentina), Gesysudan (Sudán), Läraforbundent (Suecia), SEB (Bulgaria) y FSLI (Rumanía).
Solidaridad en acción
Es importante resaltar las acciones concretas de ayuda y apoyo que se han llevado a cabo desde la IE gracias al Fondo de Solidaridad existente en el que colaboramos muchos de los sindicatos afiliados. Dicho fondo, establecido en la Constitución de la Internacional de la Educación, está integrado por una asignación obligatoria del 0,7% del presupuesto anual de la organización y por contribuciones voluntarias de sus miembros.
Algunas de estas acciones se desarrollan en situaciones de emergencia por catástrofe natural (el terremoto en Albania en 2019, el huracán en Honduras en 2020, la explosión en El Líbano de 2020, el ciclón en Malawi en 2019), de guerras o conflictos (como los ataques terroristas en Mozambique en 2018), en las que se vulneran los derechos humanos, sindicales o se produce la persecución contra los sindicalistas y se necesita asistencia jurídica (como ocurrió en Camboya, Haití, Filipinas, Mali y Yemen en 2020) o es necesario hacer un fortalecimiento sindical, como en Nepal, Marruecos, Palestina Ruanda o Zimbabue, también en 2020.