El derecho de la personas a ser cuidadas es algo esencial para poder tener una vida digna y de calidad, pero la pregunta es ¿son efectivos estos derechos en la actualidad?
CCOO ha elaborado un estudio donde detectamos debilidades, carencias, lagunas y déficits en las normativas, en los servicios y en las políticas, por lo que la respuesta a esta pregunta es un rotundo no. Aún nos queda mucho por recorrer.
¿Por qué no?
Estos derechos, de tal relevancia social, no pueden dejarse como un asunto a resolver dentro de la familia, según los medios económicos de que se disponga.
Porque, en caso de ser así, los cuidados no pagados y las carencias y debilidades del sistema seguirán recayendo sobre las mujeres, sobre todo aquellas con menos recursos económicos. Esto es un factor de desigualdad estructural y de ideología patriarcal.
Los cuidados tienen una asignación de género a las mujeres que continúa en el siglo XXI. La división sexual del trabajo actúa en una doble dirección, interactuando con factores de clase: se sigue imponiendo como mandato a las mujeres las obligaciones de cuidar y atender a las personas de la familia, a la vez que precariza y desvaloriza los empleos de cuidados.
Algunos datos reflejan de manera muy clara esta situación. Por un lado, los cuidados no remunerados suponen sobrecarga para las mujeres, lo que se conoce como la doble jornada de las trabajadoras, que dedican al trabajo no remunerado el doble de horas que los hombres. Son más largas las jornadas (trabajo remunerado y no remunerado, más desplazamientos) de las mujeres que las de los hombres, llegando a 7 horas más en el caso de ellas.
Cuando tienen jornada a tiempo parcial, las mujeres aumentan las horas dedicadas a trabajo no remunerado (30 a la semana), duplicando el tiempo que le dedican los hombres. Igualmente, del total de personas que conviven con menores o dependientes dentro del hogar, son mujeres 9 de cada 10 (el 86,40%, 2.399.001) de quienes se encargan de la mayor parte de cuidados (2.776.466).
En el primer trimestre de 2023, 64.000 mujeres dejaron su trabajo para cuidar a menores, personas enfermas, incapacitadas o mayores (un 92% del total), es decir, 11 mujeres por cada hombre. Otras 638.400 mujeres no buscaron empleo por la misma razón (92,1%).
De cada 4 personas que trabajan a tiempo parcial, 3 son mujeres. El cuidado de menores o de personas adultas enfermas, incapacitadas o mayores es el motivo para el 16,3% de las mujeres y para el 3,4% de los hombres. Del total de las personas que se ven obligadas a trabajar a tiempo parcial por esta razón, son mujeres el 93%.
El número de excedencias dadas de alta en el primer trimestre de 2023 fue de 12.169: correspondieron a mujeres, el 84,6%, y a hombres, el 15,3%.
Las consecuencias de esta situación en la economía de las mujeres es impactante: salarios más bajos y brecha salarial, menor acceso a prestaciones sociales y pensiones, con cuantías medias menores, lo que se traduce en más pobreza presente y futura.
¿Qué pasa con el Estado?
Los cuidados no pueden quedar fuera de las políticas, las normas, los derechos laborales o los servicios públicos. Es un asunto colectivo, político y social, y, por tanto, debe ser un eje de primer orden.
El Estado debe garantizar a la ciudadanía servicios accesibles, universales, con empleo de calidad, profesionalizados y con salarios dignos, ya que, como defendemos, los cuidados son esenciales y los servicios deben darse desde el servicio público. Por ello, desde CCOO proponemos un cambio de modelo de cuidados desde la corresponsabilidad. La de todas las partes: el Estado, la sociedad y, por supuesto, una mayor implicación de los hombres.
Ya que es una cuestión de igualdad efectiva, así como de justicia social, cohesión y solidaridad, insistimos en que se debe articular un sistema de cuidados de manera integral, con perspectiva de género. Para ello, desde CCOO vamos a trabajar con las siguientes líneas estratégicas:
- Este Pacto Estatal de los Cuidados tiene que aportar seguridad en el derecho de cada persona a recibir los cuidados que necesite cuando lo necesite.
- Priorizar los cuidados en la infancia (primera infancia, infancia vulnerable y ocio escolar) y los cuidados de larga duración (discapacidad, dependencia, vejez incapacitante, enfermedades crónicas…).
- Basarse en la construcción de un sector público de los cuidados que garantice cobertura y profesionalidad.
- Políticas de conciliación corresponsable.
- Garantizar plenos derechos laborales, con condiciones y salarios dignos.
¿Por qué CCOO impulsa este pacto?
A CCOO, como sindicato de clase, le corresponde asumir el compromiso activo en la reivindicación de la mejora de las condiciones de trabajo de las personas que los desarrollan, la mejora de la cantidad y calidad del empleo y salarios decentes, así como la defensa de la calidad de los servicios de atención y cuidados que se prestan en todos los ámbitos, con la finalidad de garantizar los cuidados de calidad y el derecho al bienestar cotidiano.
Este pacto social debe englobar principalmente negociación colectiva, diálogo social, educación en igualdad, universalidad de la educación 0-3 años, asistencia extraescolar y ocio infantil (sin distinciones), pleno desarrollo de la Ley de Dependencia, y la mejora del Sistema para la Autonomía y la Atención a la Dependencia y Regulación de la economía de plataformas en el sector de los cuidados.
