Maluleke fue elegido por delegados y delegadas de todo el planeta durante el 10º Congreso Mundial de la IE celebrado en Buenos Aires, Argentina, en julio de 2024, y asume el cargo tras su acreditado mandato como secretario general del South African Democratic Teachers Union (SADTU, Sindicato Democrático de Docentes de Sudáfrica).
El compromiso de Maluleke con la justicia social está íntimamente vinculado a su experiencia personal. Surge de sus vivencias como trabajador infantil, que han alimentado su dedicación a la lucha por los derechos laborales y la mejora de las condiciones de trabajo. Así lo recuerda: «Lo que sufrí de joven cuando trabajaba en una plantación de tabaco me hizo darme cuenta de que tenía que levantarme y luchar por los derechos de la clase trabajadora y por la justicia social».
Con respecto a su nuevo cargo, Maluleke ha afirmado: «Ostentar la presidencia de la Internacional de la Educación es todo un privilegio. El magisterio no es solo una profesión; es la vocación de construir un mundo en paz. Nuestras estrategias de organización y la unidad de acción son fundamentales para cuestionar las medidas de austeridad y defender la mejora de las infraestructuras y de los salarios docentes. Es el momento de unirnos y de hacer presión para lograr los cambios que tanto deseamos».
Una de las principales prioridades de la presidencia de Maluleke será impulsar la campaña enseña de la Internacional de la Educación, ¡Por la pública! Creamos escuela, un llamamiento urgente para que los gobiernos financien íntegramente sus sistemas educativos e inviertan en la profesión docente. La meta de Maluleke es que toda África se implique en esta campaña, habida cuenta de su enorme potencial para promover cambios políticos sustanciales que beneficien tanto al profesorado como al alumnado. «Me gustaría que el continente trabaje unido porque es una oportunidad magnífica para transformar voluntades políticas y, en especial, para que las personas que dirigen la Unión Africana vean la educación como un catalizador, un vector que puede cambiar las reglas del juego en la economía y la política del mundo», ha explicado.
Una trayectoria de liderazgo y solidaridad
Maluleke llega a su nuevo puesto con una dilatada experiencia y un firme compromiso con la educación pública y los derechos de las trabajadoras y los trabajadores. Inició su carrera docente como profesor de matemáticas y director de escuela en Tshwane. Su historial como activista y líder sindical comenzó en 1990 cuando se afilió al SADTU, que en aquel momento acababa de nacer y peleaba por conseguir el reconocimiento del Gobierno del Apartheid.
Durante el ejercicio de su cargo en el SADTU, Maluleke tuvo un papel destacado en la lucha contra las políticas segregacionistas, la defensa de la igualdad de oportunidades educativas y la mejora de las condiciones laborales del personal pedagógico. Su compromiso con la justicia y la igualdad han sido el motor de su carrera, y su labor ha sido decisiva para forzar cambios estructurales en el sistema de la educación pública en Sudáfrica. Su liderazgo en el SADTU, sumado a su trabajo en el Comité Ejecutivo Central de COSATU, la mayor federación sindical sudafricana, le han granjeado el respeto de la comunidad nacional e internacional.
Con motivo de la celebración el pasado 5 de octubre, Día Mundial de los Docentes, Mugwena intervino en la sede de la UNESCO en París representando a la Internacional de la Educación, donde manifestó los desafíos urgentes a los que se enfrenta nuestra profesión.
«Nos encontramos en un momento crítico para la educación pública. Las y los docentes de todo el mundo están sobrecargados de trabajo, mal pagados e infravalorados. A medida que menos jóvenes se incorporan a la docencia, la escasez mundial aumenta. Esto ejerce más presión sobre los que permanecen, empeorando sus condiciones de trabajo, lo que en última instancia amenaza la educación de calidad para todos. Una profesión docente bien remunerada, bien apoyada, respetada y con seguridad laboral es esencial para garantizar el derecho a una educación de calidad para todos.
La verdadera transformación de la educación comienza por poner a las y los docentes en el centro de las políticas educativas que configuran nuestras escuelas. Esto requiere un diálogo social real, que garantice que se consulte al profesorado y que se confíe en su experiencia pedagógica. Las y los docentes deben tener la autonomía profesional suficiente para liderar, innovar y tomar decisiones que definan el futuro de la educación, un futuro más sostenible y justo para todos y todas.
En apoyo de esta idea, las recomendaciones del Grupo de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre la Profesión Docente ofrecen una hoja de ruta clara para abordar la escasez de docentes y crear sistemas de educación pública más sólidos y sostenibles. Los gobiernos deben actuar implementando estas recomendaciones y estableciendo comisiones nacionales para evaluar y abordar el problema. Estas comisiones deben priorizar el diálogo social y la negociación colectiva, garantizando que docentes y sindicatos desempeñen un papel clave en la formulación de políticas educativas de mejora de las condiciones de trabajo. De hecho, en el último informe de la Internacional de la Educación sobre la situación mundial docente se revelan datos alarmantes: docentes de todo el mundo se enfrentan a restricciones jurídicas y barreras prácticas que les impiden organizarse, negociar e incluso hacer huelga para defender sus derechos”.
Con la presidencia de Maluleke, la Internacional de la Educación seguirá defendiendo con firmeza al profesorado y al personal de apoyo educativo en todo el mundo.