El pueblo chileno espera volver a tener una universidad pública, sin aranceles, y escuelas públicas con garantía de financiación estatal. El nuevo Gobierno lleva estas banderas que se levantaron en las movilizaciones y además se discuten actualmente en el proceso constituyente.
Sin embargo, estos avances que veremos en Chile, probablemente en Brasil, sumado a lo de Bolivia o lo de Perú, convive con fuertes movimientos políticos liderados por expresiones de derecha; una derecha belicosa, que trata permanentemente de recuperar terreno y que cuenta con grandes medios hegemónicos a su servicio. Será una etapa de avances, pero también de tensiones, que se van a vivir, en particular, en torno a algunos debates y uno de ellos, sin duda, será el de la educación. La derecha va a seguir poniendo presión para que estos intentos de recuperar el papel del Estado en relación con la educación choquen con quienes quieren mantener los paradigmas neoliberales de la privatización.
Con los resultados de la elección en Chile y la perspectiva de cambio en Brasil, se empieza un nuevo tiempo político, amigable para la educación pública y para los gremios docentes comprometidos con su defensa.
Pobreza y militancia política
Por otra parte, el avance de la pobreza en América Latina ha sido arrollador. Un estudio reciente, elaborado en Francia, habla de que el mundo es más injusto después de la pandemia: más riqueza en pocas manos, y mayor cantidad de pobres y desempleados. América Latina es una de las regiones más afectadas. Sabemos que, en su totalidad, el alumnado de las poblaciones que viven por debajo de la línea de la pobreza son también quienes se matriculan en la escuela pública. Por eso, desde la IEAL postulamos la necesidad de políticas activas del Estado para compensar el desequilibrio que, desde su condición de pobreza, limita el acceso a una educación de calidad de aquellos niños y niñas que pertenecen a las barriadas humildes. Ese papel activo tiene que ver con la necesidad de garantizar niveles de financiación adecuado, becas y un acceso generalizado a la tecnología, que logre romper la brecha digital existente en la región.
Es necesario profundizar las políticas públicas que atiendan a la pobreza y se orienten a disminuir las desigualdades, la marca más profunda y dolorosa que dejó a la vista la pandemia y que también se muestra en las escuelas.
Otra problemática a la que nos enfrentamos desde la IEAL es la persecución sindical, como la vivida en Argentina durante el gobierno de Macri, particularmente en el gremio de las y los docentes, donde incluso se hacían declaraciones públicas de la necesidad de tener una Gestapo para controlar al gremio de la enseñanza, y donde se invitaba a las familias a que denunciaran a las maestras y maestros que hacían “militancia política”.
Es tan grave la situación vivida, que es inadmisible que se guarde silencio y que la ciudadanía olvide y se pase a otro tema como si no ocurriera nada. Hablar con nostalgia de la necesidad de una Gestapo para resolver las demandas de los gremios en el marco de la democracia es claramente una declaración que nos exime de mayores comentarios respecto del desprecio al Estado de derecho.
Además no se puede obviar cómo la extrema derecha, que roba protagonismo a los partidos de derecha más tradicionales, toma el ámbito educativo como un elemento de disputa con las organizaciones sindicales, el movimiento social y los gobiernos populares, para promover el avance de la privatización y la mercantilización.
Ataque y resistencia
Hay que destacar las continuas violaciones a los derechos humanos en Colombia y el papel protagónico del magisterio de ese país reafirmando su compromiso con la paz y la vida en las movilizaciones del paro nacional convocado hace unos meses, las que han tenido como respuesta nuevas amenazas y una campaña permanente en contra de la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (FECODE).
En Uruguay, las medidas impulsadas por el Gobierno de Lacalle Pou en la LUC (aprobada en el contexto de confinamiento) afectan la educación pública y promueven el avance de la privatización y el comercio educativo. Ante este escenario, y la resistencia de las federaciones de enseñanza uruguaya en defensa del derecho a la educación pública, se ha implantado una campaña de deslegitimación y persecución a las organizaciones del campo popular, con participación de actores del Gobierno, el Parlamento y los grandes medios de comunicación.
En Brasil, Bolsonaro continúa con el negacionismo de la pandemia que ha caracterizado la respuesta de las autoridades. Los aliados del Gobierno, a su vez, continúan impulsando su agenda de reformas neoliberales en el Parlamento y consiguieron modificar la Ley del Fondo para el Mantenimiento y Desarrollo de la Educación Básica y la Valorización de los Profesionales de la Educación (FUNDEB), desfigurando su objetivo al destinar fondos públicos para iniciativas privadas y ampliar las actividades consideradas parte de los procesos educativos. La posible candidatura presidencial de Lula da Silva en 2022 aparece como un rayo de esperanza en medio de la crisis de hambre en que vive una porción cada vez mayor de la población.
En Paraguay la movilización del magisterio fue clave para defender un ajuste al salario básico profesional, aunque este fue menor al porcentaje que las organizaciones sindicales acordaron inicialmente con el Gobierno. Los negocios de las clases dominantes continuaron durante la pandemia y los casos de corrupción por sobreprecios han salido a la luz recientemente.
También en Centroamérica la situación es muy preocupante, destacando Costa Rica, aquejada por grandes casos de corrupción que contribuyen a un clima de apatía de cara a las elecciones presidenciales y legislativas. El magisterio costarricense, a su vez, se ha enfrentado a los ataques por parte de los medios de comunicación e iniciativas de ley que amenazan sus derechos adquiridos y precarizan el empleo público.
Sin embargo, a pesar de los avances que se van consiguiendo, desde IEAL seguimos muy preocupados por la amenaza a la democracia que representan el alineamiento de los partidos de la derecha tradicional y el uso que hacen de los medios de comunicación. De hecho tenemos previsto realizar una gira en marzo junto al secretario general de la IE, David Edwards, y junto a la vicepresidenta de la IEAL, Fátima da Silva, por Uruguay, Chile, Argentina y Colombia para acompañar estos procesos que abren la oportunidad de cambios profundos para garantizar el derecho a la educación, como un bien social y humano.