Al comienzo de la crisis (2008) el salario medio anual en el sector educativo era similar entre hombres (21.490 euros) y mujeres (20.592 euros); apenas un 4% debía aumentar el salario medio femenino para igualarse al masculino. En 2013, la brecha había aumentado hasta el 14% y 2.916 euros separaban la ganancia media de hombres (23.891 euros) y mujeres (20.975 euros). En cinco años se ha triplicado la brecha salarial en un sector poco desigual, que ha pasado a impulsar la desigualdad salarial.
Los datos del salario, desglosado por componentes, señalan de forma clara dónde se concentra la desigualdad salarial en el sector educativo. Los complementos salariales presentan una brecha salarial del 27% entre mujeres y hombres, frente al 5% de diferencia en el salario base: dos de cada tres euros de la brecha en educación radican en los distintos complementos salariales que perciben mujeres y hombres.
Fuente: Encuesta Anual de Estructura Salarial, INE.
Esta diferencia salarial es reflejo de la desigual inserción y trayectoria laboral de mujeres y hombres en la educación, donde a pesar de la elevada presencia del sector público, persisten roles y pautas de desigualdad enquistadas en nuestra sociedad. Las mujeres asalariadas del sector soportan una mayor precariedad laboral que los hombres, tanto por una tasa de temporalidad superior (27% mujeres, 22% hombres), como por la mayor presencia del tiempo parcial (22% de las mujeres, 16% de los hombres).
Las mujeres suponen el 67% de los asalariados de la educación, aunque la tasa de feminización varía según la 34 rama de actividad, bajando conforme avanza la etapa educativa. El porcentaje de mujeres es casi total en preprimaria, muy alto en primaria, mayoritario en secundaria y menos de la mitad en educación postsecundaria. Las mujeres también son claramente mayoritarias en la educación no reglada y en las actividades auxiliares.
Los sectores o etapas educativas en que trabajan mujeres y hombres son diferentes: ellas se concentran en una proporción similar en la educación primaria/preprimaria (44%) y en la educación secundaria/postsecundaria (42%), mientras que ellos trabajan mayoritariamente en la educación secundaria y postsecundaria (66%) con un peso reducido en primaria y preprimaria (21%).
Las ocupaciones laborales reflejan la misma segmentación y reparto de roles que muestran las ramas de actividad: hay ocupaciones masculinizadas y ocupaciones feminizadas, reproduciendo algunos de los roles sociales tradicionalmente distribuidos por sexos. Las mujeres copan las ocupaciones de profesorado de infantil, primaria, secundaria, educación especial y educación no reglada, así como otras ocupaciones técnicas y de apoyo (administrativas, cuidadoras de niños, personal de limpieza, cocineras…). Los hombres son mayoría entre los directivos, profesorado universitario y de formación profesional, así como en entrenadores, conserjes y operarios cualificados.
Fuente: Gabinete Económico de CCOO a partir de la EPA. 4º trimestre de 2015.
Fuente: Gabinete Económico de CCOO a partir de la EPA. 4º trimestre de 2015.