La xenofobia, el racismo,
Estudio de la Federación de Enseñanza de CCOO: https://goo.gl/xFf5sW
La mayoría de las personas obligadas a huir se quedan en países en desarrollo. Son países pobres que, a pesar de sus deficientes infraestructuras, acogen al 90 % de las personas desplazadas. Uganda, por ejemplo, recibe todos los días 1.800 refugiados, es decir, más de un millón de personas desde que comenzara el conflicto en Sudán del Sur. Esto tiene graves consecuencias para el sistema educativo nacional, ya frágil, de un país con un crecimiento demográfico del 3,3 % y en el que la mitad de la población tiene menos de 14 años.
En Europa, la cuestión de la incorporación de los refugiados al sistema escolar sigue planteando desafíos, sobre todo para los niños refugiados y para los docentes que trabajan con ellos. Integración o sistema paralelo; aprender el idioma del país a costa de otras asignaturas; evaluación inapropiada del rendimiento escolar; considerar a los “refugiados” como un colectivo y no como sujetos individuales de derecho; escasa participación de los refugiados y de sus familias en las decisiones educativas; transición rápida hacia la formación profesional; dispersión al superar la edad de escolarización obligatoria; abandono de la enseñanza en la lengua materna; permisividad con el racismo y la xenofobia; falta de apoyo de los equipos pedagógicos; fragmentación de la comunidad en detrimento de una respuesta integrada. Estas son algunas de las dificultades que han constatado los sindicatos de docentes, desde Grecia hasta Suecia pasando por Alemania.
Medidas coherentes
Los sindicatos de la educación afiliados a la Internacional de la Educación (IE) reconocen la dura realidad a la que se enfrentan millones de personas en todo el mundo y piden que los gobiernos de Europa, África y las dos Américas, apliquen, en concertación con los agentes sociales, unas medidas coherentes, debidamente financiadas y duraderas. Aunque sepamos que la educación no es la única respuesta a este desafío humano persistente, no hay solución sin la educación.
En Europa, la cuestión de la incorporación de los refugiados al sistema escolar sigue planteando desafíos, sobre todo para los niños refugiados y para los docentes que trabajan con ellos
La IE y sus afiliados, de forma particular en España con las magníficas iniciativas locales puestas en marcha por la Federación de Enseñanza de CCOO en Badalona (Barcelona), Mislata (Valencia) y Vitoria-Gasteiz, y pronto también en otras regiones del país, empujan a los gobiernos a garantizar a todos los niños refugiados una educación de calidad y a desarrollar programas para que los profesionales dispongan de la formación e instrumentos necesarios para crear un entorno pedagógico adecuado para todos los niños. No podemos obviar que la llegada de refugiados ha agravado las carencias de nuestros sistemas educativos. Las respuestas en cuanto a pedagogía, contenidos y formación de los docentes permitirán que el aprendizaje sea más eficaz y atractivo para todos los niños, también para los que tienen dificultades de aprendizaje, los que tienen discapacidades o son objeto de discriminación múltiple.
Por eso es tan importante luchar por:
El derecho a la educación de todos los refugiados y migrantes: niños, jóvenes y adultos.
Medidas que permitan a los refugiados que sean docentes, universitarios o investigadores, ejercer dignamente su trabajo en el país de acogida.
Unos objetivos educativos que refuercen unas sociedades abiertas, democráticas y multiculturales.
Iniciativas locales
La IE y sus afiliados apoyan iniciativas locales en nueve países europeos. Los proyectos realizados en Alemania, Bélgica, Bulgaria, España, Francia, Grecia, Italia, Polonia y Reino Unido, se dirigen a un tiempo a las actividades extraescolares, al compromiso de la comunidad, al desarrollo de los recursos pedagógicos y a la certificación de las escuelas abiertas a los refugiados.
Además de los programas que se aplican en las escuelas, se han hecho cinco estudios en España, Alemania, Italia, Suecia y Polonia. El objetivo es descubrir las lagunas legislativas en materia de derechos humanos, compartir las buenas prácticas, dar a conocer los problemas que encuentran en las aulas, presentar las recomendaciones de los sindicatos de la educación a escala local, nacional y europea, y llevar sus reivindicaciones ante las agencias de la ONU, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos y la Unión Europea.
Crisis de valentía política
En las aulas hay grandes desafíos a los que los docentes se enfrentan a menudo sin recursos. No estamos ante una crisis de refugiados, sino ante una crisis de las instituciones nacionales y europeas, una crisis de valentía política, una crisis del Estado de derecho y de la vida en común.
Los sindicatos son los garantes de la equidad y de la justicia. Es legítimo que hagan suyo el problema de los refugiados para exigir que se respeten los derechos fundamentales de estas personas, que son ciudadanos de pleno derecho.
Para saber más sobre las iniciativas de los sindicatos de la educación: www.education4refugees.org