Hasta hace pocas décadas, en nuestro país lo normal era que los docentes, al igual que los alumnos y las alumnas, viviesen relativamente cerca de los centros educativos en los que impartían o recibían docencia. Siempre había algún docente que se veía obligado a realizar algún desplazamiento en vehículo propio, pero eran la minoría. Y, prácticamente, ningún niño era llevado al colegio o instituto en automóvil; iban andando, normalmente en pandilla. Hasta hace unos lustros, lo que se veía en las cercanías de los centros educativos era una marea humana de docentes, de alumnas y alumnos. Hoy día el panorama es bien distinto. Esta autonomía, este modo de llegar a los centros escolares es el de una interminable fila de coches, cometiendo todo tipo de infracciones, generando estrés, ruido, contaminación… Es un modo insostenible, insano y generador de numerosos problemas, todavía sin solucionar.
Muchas y muchos trabajadores de la comunidad educativa se ven obligados hoy en día a coger el coche para acceder a su trabajo, porque los sistemas de adjudicación de centros, el enorme porcentaje de interinos que cambian cada año su lugar de trabajo, el reparto de centros sin tener en cuenta su proximidad a los lugares de residencia del profesorado, hace que sea imprescindible coger el coche, puesto que no siempre el transporte público permite acceder a los centros a tiempo y con un mínimo de comodidad y rapidez.
Impacto de género
Esto es un problema muy serio para todos, aunque es mayor su impacto en el caso de las mujeres. Primero, por ser la nuestra una profesión feminizada y, por otro, porque la realidad hace que las mujeres sigan atendiendo en mayor proporción las tareas del hogar y del cuidado de hijas e hijos. Eso implica que se vean obligadas no solo a utilizar el vehículo privado para ir a trabajar, sino que lo hagan con una mayor carga de estrés, a más velocidad y descuidando por momentos su seguridad.
Esto se agrava en la entrada de los centros por la acumulación de vehículos de las madres y padres del alumnado. Por eso urge solucionar toda esta serie de problemas encadenados. Hay que atajar el problema de raíz.
Medidas para mejorar la salud
Los padres y madres llevan a sus hijas e hijos porque lo consideran más seguro, al comprobar que ir andando, en bici o transporte público, implica un gran riesgo para su integridad. Esto se ve reforzado porque los entornos escolares no son buenos ejemplos de cumplimiento de las normas de tráfico (saturación de las vías, dobles filas de coches obstruyendo el tráfico, aparcamiento en aceras y pasos de cebra, hechos con la permisividad de las autoridades locales), generándose a la entrada y salida un riesgo real para quienes van en bici o andando.
“Desde la Secretaría de Salud Laboral y Medio Ambiente pedimos que se elimine la precariedad en la contratación de docentes”
Por eso, una primera medida es imponer por Ley que la adjudicación de centros se haga en función de la cercanía, sin tener en cuenta otras consideraciones que, además de contribuir a la segregación, generan estos problemas. Por otro lado, urge acabar con la precariedad en la profesión docente, para, en la medida de lo posible, evitar que profesoras y profesores se vean impelidos a utilizar su vehículo.
Este tipo de medidas, que fomentan los desplazamientos andando o en bicicleta, deben considerar también otros componentes importantes. Si tenemos en cuenta que en España en torno al 12% de los menores tienen sobrepeso y un 14% obesidad –en el caso de los adultos, un 36% sobrepeso y un 17% obesidad y con tendencia al alza–, el ir andando a los centros escolares es también una necesidad para la salud, más cuando la falta de ejercicio es uno de los factores determinantes en esta plaga del siglo XXI, llegando a generar casi un 17% de las muertes anuales en nuestro país, además de un 7% del gasto sanitario.
A esto debemos añadir la exposición a la contaminación del aire generada por estos vehículos. Hoy día se tiene claro que en Europa se producen más de 430.000 muertes prematuras al año por la contaminación. Por eso, alejar los coches de los centros escolares es necesario para la salud de las y los trabajadores y del alumnado. Si le sumamos al estrés adicional de coger el coche los efectos contaminantes y nocivos para la salud del ruido, los motivos se incrementan.
Necesidades
Por eso, desde la Secretaría de Salud Laboral y Medio Ambiente, pedimos que se elimine la precariedad en la contratación de docentes, se haga una asignación de centros racional y teniendo en cuenta los lugares de residencia y trabajo, se priorice la escolarización en función de la cercanía, se incrementen las zonas verdes en los centros, se establezcan caminos escolares seguros (con cortes de calles al tráfico, limitación del aparcamiento, hacer cumplir estrictamente la normativa vial, presencia garantizada de vigilancia, acompañamiento de menores…), se doten de adecuados aparcamientos de patinetes y bicicletas (como existen en otros países europeos), se pongan en marcha programas de uso de la bicicleta o de acceso andando, se apoye desde la Administración con los necesarios recursos económicos el uso del coche compartido, así como el fomento del transporte público, en bici o andando de las y los docentes.
Todas estas medidas no solo redundarán en la salud del profesorado y de toda la comunidad escolar, sino que contribuirán en la mejora del medio ambiente, y suponen también una lucha contra el cambio climático. La instauración de estos nuevos hábitos implicaría una mayor toma de conciencia que, sin duda, repercutiría en otras facetas de nuestra vida. Esto es algo que urge y por eso desde CCOO exigimos que se aborde de manera urgente.