LAS PERSONAS SINDICALISTAS NO SALIMOS DE DEBAJO DE LAS PIEDRAS NI NOS REPRODUCIMOS EN UNA SUERTE DE MEIOSIS SOCIOLABORAL. Nadie nos designa de manera discrecional, nuestra naturaleza y funciones están recogidas como derecho fundamental en la Constitución. Pocos actores económicos y sociales tan constitucionalistas y legítimos podremos encontrar en nuestro ordenamiento.