LA PANDEMIA NOS HA CONDUCIDO A UNA REALIDAD SOCIOEDUCATIVA que poco tiene que ver con la que vivíamos hace tres meses. Nos ha exigido a todos y todas lo mejor de nosotros mismos, en una realidad en la que el proceso de enseñanza-aprendizaje tradicional –con clases presenciales– requiere ser revisado, y donde las TIC y los recursos digitales han pasado a ser el actor principal en la educación.