EN PRIMER LUGAR, NO PODEMOS EDUCAR, transformar y trabajar solo con mujeres, pues es la sociedad entera quien nos está inculcando unos códigos de género desde hace siglos. Si os fijáis bien, la discriminación comienza desde antes de nacer. En cuanto la familia conoce el sexo de la criatura que está por venir, prepara la decoración de la habitación, la ropa, los juguetes… cargando inconscientemente estereotipos sobre los hombros de alguien que va a nacer libre.