EL OTRO DÍA LE PREGUNTÉ A MI TELE CÓMO SE LLAMABA. Llevábamos ya varios meses de relación (desde mitad del primer confinamiento, para ser exactas) y aún no me había molestado en conocer su nombre. Pero es que ella, a diferencia de las otras, tampoco tuvo la deferencia de presentarse el día que nos conocimos.