CUANDO SE ENVIÓ A BRUSELAS el Plan Presupuestario para 2017, el Gobierno estaba en funciones, por lo que sus posibilidades de actuación estaban bastante limitadas, ya que un gabinete en funciones no puede aprobar un Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado para el próximo año, no puede aprobar objetivos de estabilidad presupuestaria y tampoco puede presentar iniciativas legislativas al Parlamento.