CORRÍA 2010 CUANDO LO MÁS DURO DE LA CRISIS COMENZÓ A HACER MELLA. El socialismo de Zapatero se batía en retirada y el conservadurismo comenzaba a asomar. El Gobierno de España y el del País Vasco metieron un zarpazo a los salarios de todas las administraciones públicas. Los recortes se extendieron a los módulos de financiación de los centros concertados, creando una situación inédita: las patronales se encontraron con una financiación pública recortada, pero unas tablas salariales que cumplir. Así que tomaron la peor decisión: imponer los recortes, saltándose la ley.