A COMIENZOS DEL SIGLO XXI ES CRUCIAL RENOVAR EL CANON LITERARIO MASCULINO y excluyente que se viene perpetuando desde hace décadas en el dominio educativo y de la enseñanza de la literatura en la Educación Secundaria, porque es un ejercicio de justicia, no solo ética, cívica y política, sino también artística, pues la calidad estética de nuestras precursoras es incontestable.