EL SISTEMA EDUCATIVO DEBE CAMBIAR. DE HECHO, ESTÁ CAMBIANDO. Admiro el trabajo del conjunto de profesionales de la educación que se está dejando la piel para hacer lo que cree que tiene que hacer, a menudo en contra de la norma o aprovechando sus grietas. Pero este trabajo leal al alumnado no es el único vector que cambia el sistema. La financiación, las normas, son determinantes en los cambios. Incluso intangibles como la expectativa sobre la utilidad de lo estudiado o la alineación de intereses entre las familias y los centros educativos tienen grandes efectos sobre el sistema.