LA ATENCIÓN A LA POBREZA define la calidad de las políticas de la democracia, y las que se llevan a cabo con la infancia –la parte más vulnerable de la sociedad– expresan bien el tipo de Estado que defendemos. Cuando un 33% de niñas y niños está en riesgo de exclusión, es inquietante que se siga pregonando como excelente un modelo educativo como el desarrollado en Madrid en estos 15 años, pese a que segrega a una parte sensible de la infancia y prolonga la vulnerabilidad que tenía desde antes de nacer.