LA OBSCENA DESIGUALDAD QUE REINA EN EL MUNDO no se puede reducir a cifras vergonzantes. Nos hemos acostumbrado a leer una ristra de artículos al respecto, con datos de todo tipo. Los números que nos ofrecen tanto los medios de comunicación como las ONG son descorazonadores. Pero, ¿hasta qué punto tomamos conciencia de la situación?