EN LA GALA DE LOS PREMIOS GOYA de este año, el vicepresidente de la Academia del Cine nos presentó las cuentas de la vieja: gracias a las entradas, el Estado recaudó 105 millones de euros en concepto de IVA, pero solo dedicó 77 a las ayudas para el cine, luego obtuvo un saldo favorable de 28. Se comprende que quiera combatir los furibundos ataques recibidos por el cuestionable sistema de subvenciones durante años aunque, si reflexionamos una chispa, podemos ver que el argumento no puede ser más torpe.