LA ESPAÑA SILENCIOSA es geografía y demografía, ahora que el crecimiento natural es negativo y favorece la densidad del desierto. Es peregrinación pausada por las trochas de lo deshabitado. Es atención a lo que queda de lo que ha sido. Y es literatura de la de disfrutar aprendiendo, en que Miguel Delibes, Avelino Hernández o Julio Llamazares –después de la amplia senda de Cervantes o de autores del 98– son maestros en cómo mirar la España interior.