EL HORROR DEL ACOSO ESCOLAR EN EL TEATRO no necesita de la evidencia ni de la pornografía del sufrimiento. Simplemente requiere de la desazón que dejan sus secuelas en la comunidad y en las personas que toca.
EL HORROR DEL ACOSO ESCOLAR EN EL TEATRO no necesita de la evidencia ni de la pornografía del sufrimiento. Simplemente requiere de la desazón que dejan sus secuelas en la comunidad y en las personas que toca.