Los objetivos estaban claros: por una parte, había que acabar con las consecuencias del ERE encubierto que se había aplicado en la enseñanza pública; por la otra, desarrollar medidas para la estabilidad del profesorado que acabaran con la rotatividad. ¿Cómo? Con el equilibrio entre nota y experiencia, con lista única, con la reincorporación de colectivos específicos, con la no caducidad de nota durante mínimo cinco convocatorias y con equiparación en condiciones laborales (formación, permisos, etc.).
Todas estas medidas están recogidas en un acuerdo inclusivo respaldado por la mayoría (73%) del profesorado participante en la consulta convocada para ratificar la firma. No es un acuerdo perfecto pues la equiparación retributiva no es completa. Por ello, nos emplazamos a tener el 30 de junio una propuesta pactada para el cobro del verano y los sexenios vinculada a los presupuestos de 2017. Estamos, por tanto, ante un buen acuerdo pero la lucha sigue para alcanzar las reivindicaciones pendientes y avanzar en más y mejor educació pública de tod@s y para tod@s.