Personal Laboral de Administración y Servicios en los centros públicos

SOMOS UN COLECTIVO DE TRABAJADORES Y TRABAJADORAS que realizamos nuestras funciones en los centros educativos: educadoras, integradoras sociales, técnicos especialistas III, auxiliares de control, de Hostelería… En nuestro sector, no solo existe la segregación horizontal, sino también la vertical en algunas categorías, como podría ser la de auxiliar de hostelería (mayoritariamente compuesta por mujeres) y la de mantenimiento, en la que hay principalmente hombres, con más cualificación y mejor sueldo.

El Personal de Administración y Servicios es un sector muy feminizado en todos los niveles. Los salarios son iguales para los hombres y mujeres en la misma categoría, no hay brecha salarial entre compañeros/as del mimo nivel, pero, al estar integrado por una mayoría de mujeres, los sueldos son inferiores al de sectores masculinizados.

Existe una barrera invisible que no nos permite acceder a puestos de dirección de los centros. Únicamente tenemos presencia en los consejos escolares, donde está representada toda la plantilla. La participación en este órgano es lo más cercano que podemos estar de la toma de decisiones para el buen funcionamiento de los centros educativos.

En la Consejería de Educación de Madrid, seguimos sin tener Plan de Igualdad, lo que impide que se realice un diagnóstico certero de nuestro situación que explique por qué los puestos de mayor nivel están copados por hombres frente a los de menor cualificación en los que proliferan las mujeres.

Además, no se convoca promoción ni consolidación desde hace muchísimos años. Esto provoca que la tasa de interinidad de algunos sectores supera el 50 %. La temporalidad afecta sobre todo a mujeres. Tampoco se ejecutan cursos suficientes de formación para que la plantilla pueda prepararse y mejorar su puesto de trabajo. Los cursos de formación son escasos e insuficientes para toda la plantilla de trabajadoras y trabajadores, lo que dificulta prepararse para acceder a una categoría superior.

Las mujeres trabajadoras tenemos muchas dificultades para acceder a puestos de responsabilidad, principalmente por el rol que nos han adjudicado a lo largo de la historia: cuidadoras de nuestras familias y educadoras de nuestra descendencia.

Las mujeres participamos más que los hombres en las tareas sindicales, pero nos cuesta mucho adquirir responsabilidades dentro de la dirección del sindicato. Y por lo general eludimos asumir responsabilidades sindicales en los centros. La Administración no cubre las ausencias de compañeras delegadas sindicales o miembros de comité de empresa en el ejercicio de sus labores sindicales, por lo que la carga de trabajo ha de repartirse entre el resto de trabajadoras. Eso genera un malestar innecesario.

Llevar a los centros la acción sindical se agrava por la gran dispersión del colectivo, distribuido en más de 1.000 centros, con diferentes turnos de descanso según los colectivos. Tampoco tenemos salas destinadas a reuniones del personal, incluso se da la circunstancia de que el tablón sindical está en salas distintas donde está el personal laboral y funcionario no docente.

Podríamos decir que el personal laboral y funcionario no docente de los centros somos los olvidados de las plantillas de trabajadores/as de los centros educativos. Es la hora de abandonar las quejas y pasar a la acción.

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