Una de las propuestas más necesarias, la de crear puestos estables para investigación, se queda en agua de borrajas, sin un euro de financiación. Y del empobrecimiento del sector, viene una competitividad extra, no asociada con criterios científicos, sino con la necesidad de comer. Y es que vivir e investigar sin un contrato es imposible; y con uno indigno, resulta denigrante. Por eso los cerebros se fugan. El problema no es ya que se vayan a aprender fuera, sino que no puedan volver porque no haya oportunidades suficientes e interesantes que les traigan de regreso.
A toda la cadena
Todo esto, que afecta a cada eslabón de la cadena de investigación, es especialmente acuciante en las personas jóvenes, las que van a acabar el doctorado o están a punto de terminarlo. Es el pan nuestro de cada día: investigaciones apresuradas, con pocos medios y con contratos miserables. Por eso, la gran mayoría de las personas que me rodean en investigación no tienen apenas opciones de vida digna. La única salida es comprar comida barata, compartir piso, cocinar cada día el menú del día siguiente al llegar de una jornada de diez o más horas, no ir demasiado al cine ni hacer planes, que eso resulta caro… Ni pensar en formar una familia o en cualquier proyecto a largo plazo, porque el escueto contrato que tengo acaba el año que viene y, ¿a qué nuevo país iré? ¿Cuándo podré volver?
¿Cómo tener investigación de calidad sin preocuparse de todas y cada una de las partes de la cadena? ¿Esperamos que por alguna suerte de azar la buena investigación surja del esfuerzo individual de ciertos mártires?
Menos resignación y más acción
Continuamente se nos invita a la resignación, como si no hubiera ninguna otra alternativa. Pero no podemos resignarnos. Es fundamental que pongamos todos los medios para conectar el sector científico, tarea en la que los sindicatos, y CCOO en particular, deben desempeñar un papel crucial. Porque tenemos derecho a un empleo en condiciones que nos permita construirnos una vida digna.
Es urgente unir a todas las personas que dedicamos nuestra vida y nuestro trabajo al sector de investigación para mostrar que podemos plantarnos y reclamar la dignidad laboral que nos merecemos. Para ello, lo primero es acordar una tabla reivindicativa urgente y movilizarnos con ella, sin parar hasta lograr que se satisfagan todas nuestras demandas y necesidades.