¿Por qué esta campaña?
No se si se le puede llamar campaña a la propuesta que hacemos desde la Federación de enseñanza de CCOO. Creo que desde que tengo uso de razón, hemos celebrado y dinamizado actuaciones sobre la reivindicación de la lucha de las mujeres en nuestra organización.
Es cierto que en los últimos años, ha habido una participación multitudinaria en las propuestas del 8 de marzo, Día internacional de las mujeres. Cada vez más personas jóvenes se hacen eco de la lucha de las mujeres, la lucha contra las violencias y las reivindicaciones de igualdad en todos los órdenes de la vida.
Esto es algo fantástico, pero CCOO lleva apostando por la igualdad, prácticamente desde sus orígenes. Este aumento de presencia joven nos da a entender que al feminismo, a los feminismos les queda mucha vida. Ahora nos toca saber acompañar en este proceso a miles y miles de jóvenes que se entienden y entienden el feminismo en su entorno. Esto es fantástico y muy ilusionante.
Así que más que una campaña, es una manera de entender la educación desde un punto de vista coeducador, en el que la historia de las mujeres es absolutamente imprescindible para avanzar en la defensa de los derechos.
Quizá hablaría de una propuesta de actuación concreta, que impulse el trabajo educativo en parámetros de igualdad, coeducación y respeto hacia una vida plena, libre y emancipada.
En realidad, cada día son 8 de marzo, así que la propuesta que hacemos es abordar cada día en los contenidos curriculares, la práctica tanto laboral como relacional, la igualdad, el derecho unívoco a esta igual y las mismas posibilidades para las mujeres.
¿Qué busca esta iniciativa?
Animar a todos los centros educativos sin exclusión a establecer un plan de medidas concretas para la igualdad, la coeducación y el desarrollo integral de la personalidad del alumnado. Es fundamental, y como ya establece la nueva ley educativa, enfocarse en la erradicación del sexismo, apostar por la visibilización de la contribución de las mujeres en la historia, la ciencia, la tecnología, la cultura y todos los órdenes de la vida. Abordar los cuidados, el autocuidado, el bienestar, los deseos, los derechos de todas las personas, eliminando poco a poco un sistema opresor que nos condena a reducir nuestra libertad.
El feminismo es un vehículo para abordar las relaciones, otras prácticas de cooperación, la vivencia con otras personas en positivo, en una comunicación no violenta. Es un espacio liberador, lleno de ilusión y con el objetivo de hacer un mundo mejor, más vital, más sostenible, más amable y más seguro para todas las personas.
Estos valores son los que pretendemos situar en el centro con estas actividades.
¿Cómo puede ayudar al alumnado?
Romper la lógica de una educación exclusivamente academicista, deconstruir esta visión del mundo con una desigualdad estructural, ya va a permitir que el alumnado pueda relacionarse de otra manera, con un trato positivo, más acorde a realidades de cada persona.
En un proceso educativo más emancipador, que les permita no ser víctimas de un sistema patriarcal que promueve la desigualdad, la cultura de la violencia y las relaciones tóxicas.
Para el alumnado poder desprenderse de las masculinidades tóxicas y las feminidades sumisas, acatar las expectativas sociales de ese sistema jerarquizante y poder salirse de esas relaciones limitantes es altamente beneficioso. Poder vivirse en libertad en función de sus necesidades individuales y colectivas, relaciones igualitarias, plenas, vinculadas al derecho al placer común, poner en valor otras masculinidades no tóxicas ya resulta bastante liberador, tanto para mujeres como para hombres.
Para mí, trabajar estas temáticas tienen un impacto enorme alto en las relaciones humanas, siempre desde esa visión vivencial con un ambiente positivo y un clima adecuado a los buenos tratos.
El feminismo mejora la vida de las personas, no solo de las mujeres.
¿Cuántas campañas nos van a hacer falta para antes de conseguir la igualdad real?
Las que sean necesarias. No vamos a parar hasta que podamos conseguirlo. Una vez que hemos dado el paso y sabiendo que cada vez somos más las personas que tenemos claro que el futuro pasa por ir con seguridad hacia ello. Poder desmarcarse de las expectativas que tiene la sociedad sobre ti, ya es en sí mismo un avance. Estamos asistiendo a un cambio de paradigma en el que los derechos humanos, la mutación de la desigualdad estructurada ha de ser una manera de entender el futuro. Ya no nos valen las mismas cosas, se han quedado obsoletas porque las necesidades son diferentes.
El actual periodo de la pandemia ha puesto en el centro del debate un tema tan fundamental como los cuidados y el derecho a los cuidados. Cuestión que tradicionalmente vienen desarrollando las mujeres y que ahora más que nunca se convierte en una evidencia. Cuidar y ser cuidado tiene mucho que ver con una visión del mundo en el que los derechos y las políticas públicas son fundamentales para conseguir esa igualdad efectiva y real.
Qué duda cabe que cada vez que trabajamos contenidos hoy en educación será un beneficio para mañana. Soy defensora del optimismo, la ilusión y la fuerza para no decaer y no retrotraernos a la queja, la desidida y la desilusión. Nos quieren agotadas y desanimadas, es el objetivo político del malestar y el desagrado, de ir dinamitando las fuerzas, haciéndonos pensar que no vamos a conseguir nada.
Pero vaya si estamos consiguiendo, de hecho existe tanta beligerancia, tanta polarización y tanta reactividad de la derecha y la ultraderecha porque en los últimos tiempos se han dado cuenta del cambio y de la seguridad con la que estamos caminando en una confluencia de luchas comunes que nos ayudarán a ser cada vez más fuertes.
¿Cuál sería el siguiente paso?
El siguiente paso va a venir de la mano del desarrollo y la implementación de los curriculos en virtud de la nueva normativa. Hemos de poner en marcha nuevos contenidos curriculares que den respuesta a esta necesidad de abordar las desigualdades, las relaciones, la empatía, las diversidades, la perspectiva de género, la inclusión de la aportación de las mujeres en todos los ámbitos y la deconstrucción de un sistema más que nocivo, limitante y autodestructivo.
No podrá generarse el cambio si no analizamos cómo variar el imaginario y los contenidos de los libros de texto, por ejemplo. Poner veto a que solo una parte de la población disponga de privilegios y casi la mayoría de la ciudadanía quede condenada al ostracismo, la invisibilización y la falta de derechos.
La inclusión de la igualdad, la no discriminación como un derecho universal por ningún motivo son referencias constantes que vamos a tener que atender en el desarrollo de la nueva ley. De hecho recientemente la federación ha firmado un protocolo de actuación con el Ministerio para impulsar las enseñanzas STEAM ( Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Matemáticas) de las mujeres que promueva la participación y la elección de nuestras jóvenes a espacios laborales masculinizados y con mejores condiciones laborales, participamos activamente en el Observatorio estatal por la convivencia escolar que promueva otra manera de relacionarnos y disponemos de muchas propuestas educativas para abordar la atención a las diversidades y estamos inmersos en el desarrollo del segundo nivel del estudio Orientadas hacia la igualdad.
Ahora toca dar un paso más y avanzar en la aplicación y el desarrollo de nuevas maneras de entender la educación más igualitaria, con más equidad que reduzca las brechas y entienda un futuro con las mismas posibilidades para todas las personas.
Por este motivo, cada día son 8 de marzo, cada momento, cada segundo es importante para manifestar que el cambio será feminista o no será.