¿Cómo ha afectado la pandemia al día a día de las aulas y de los centros?
Lo que más se ha visto afectado es el ámbito social, funda- mentalmente en los patios, que tienen zonas limitadas para cada grupo burbuja. Y el hecho de no poder mostrar tanta cercanía con abrazos y besos. Pero niñas y niños son los que más concienciados están y creo que nos han dado una lección.
¿Cómo es la escuela con la que sueñas para el futuro?
La escuela ideal debe ser una donde lo más importante sea la experimentación propia y el aprendizaje manipulativo y significativo. Adiós a las fichas y libros. El alumnado necesita explorar con sus propios sentidos el entorno que les rodea y ese propio entorno nos puede proporcionar gran cantidad de recursos para fomentar el desarrollo de las y los más pequeños.
¿Qué tiene necesariamente que cambiar para formar a las futuras generaciones?
El sistema educativo necesita una gran renovación. Es preciso que se forme a profesionales no solo en el ámbito académico, sino también, y más importante, en lo afectivo. En estas edades es clave trabajar la resolución de conflictos, las emociones, la autoestima… Son aspectos que tienen que estar bien consolidados.
¿Cuáles crees que serán las problemáticas y desafíos más importantes en las próximas décadas?
El desafío más importante, del cual se habla mucho en los últimos años, es la inclusión. Pero la inclusión educativa verdadera. El hecho de que podamos tener en el aula a alumnado con una singularidad funcional propia y que eso favorezca de verdad al conjunto. Que aprendamos de las demás personas y sepamos que la diferencia enriquece. Y, para eso, además de inculcar valores, es muy importante contar con profesionales especialistas en las aulas, que faciliten esa inclusión.
¿Cuáles son los conocimientos y habilidades que crees harán falta para la formación integral de las nuevas generaciones?
Las y los docentes estamos en continua formación y eso es muy importante, porque la sociedad va avanzando a pasos agigantados y tenemos que seguirla. Para mí, lo más importante es desarrollar y expresar valores que hagan a niñas y niños confiar en sí mismos. Potenciar la autoestima y el autoconcepto, y para ello el refuerzo positivo es primordial. Todos nos equivocamos, y de eso también aprendemos. No buscamos criaturas perfectas, sino que sean capaces de resolver situaciones por sí mismas y aprendan de los errores.
Marta Gómez Cordero. Maestra de Educación Infantil
“El desafío más importante es la inclusión”
María Victoria Sánchez Fernández. Auxiliar de Control
“Seguramente todo volverá a ser igual”
¿Cómo ha afectado la pandemia al día a día de las aulas y de los centros?
Aunque parezca paradójico, de forma positiva, porque ha mejorado mucho la higiene y las medidas de seguridad con un incremento en el personal de limpieza para mantener limpias las zonas de trabajo y servicios, aunque aún hay cosas que mejorar: poder disponer de medidores de CO2 en las aulas y otros lugares de concentración de personas.
¿Han alterado las medidas de distanciamiento y seguridad tu trabajo habitual?
Sí, en algunas cosas como las mamparas de seguridad que nos han puesto para comunicarnos con las personas que vienen a pedir información; y no, en otras como la distancia que debemos tener a la hora de tomar las temperaturas al alumnado, que en mi caso es de 60 centímetros como mucho, muy lejos de los 1,5 o 2 m de distancia de seguridad que se debería tener.
¿Qué crees que debería cambiar dentro del funcionamiento de los centros para que tu trabajo, y la labor educativa en general, sea mejor?
Sobre todo en comunicación transversal (quiero decir con nosotros), haciéndonos partícipes de la comunidad educativa, dado que nuestra implicación sería muy favorable en la información y observación de determinados comportamientos en ocasiones de vital importancia.
¿Crees que volveremos a la normalidad que teníamos antes de la pandemia?
Desgraciadamente creo que sí, porque no se invierte lo que se debería en educación. Seguramente todo volverá a ser igual.
¿Cómo crees que debería ser la vida de los centros en el futuro: totalmente presencial, semipresencial o virtual?
Como no estoy suficientemente informada por la falta de comunicación y de implicación de la comunidad educativa, no creo que tenga suficientes elementos para valorar mi res- puesta, pero creo que semipresencial sería lo ideal.
¿Cómo ha afectado la pandemia al día a día de las aulas y de los centros?
A nivel de centro, ha afectado en la organización y la distribución de los espacios donde niñas y niños han de estar, ya que no pueden mezclarse y han de relacionarse solo con su grupo burbuja. A nivel de aula, la organización ha sido diferente a la de otros años. Gracias a los refuerzos Covid se han podido reducir las ratios y, por lo tanto, los grupos son menos numerosos y se puede trabajar mejor. Esperemos que los recursos sigan para siempre.
¿Cómo es la escuela con la que sueñas para el futuro?
Una con los recursos necesarios para poder hacer una buena escuela inclusiva. Que no sea una excusa la economía para poder tener los recursos materiales y personales necesarios, logopedas, fisioterapeutas en todos los centros y personal educativo necesario para la inclusión de todo tipo de alumnado.
¿Qué tiene necesariamente que cambiar para formar a las futuras generaciones?
Lo primero que tenemos que cambiar somos nosotros, el personal educativo, y potenciar las inteligencias de cada estudiante individualmente. Hemos de construir una es- cuela coeducativa e inclusiva. Para ello ha de trabajar en equipo toda la sociedad, padres y madres, educadores y el Gobierno para dar todos los recursos necesarios.
¿Cuáles crees que serán las problemáticas y de- safíos más importantes en las próximas décadas?
Creo que los problemas siguen siendo los mismos. Primero tenemos que dotar a todo el alumnado de las mismas herramientas sin importar su clase social. Se han de priorizar los recursos educativos y hacer un trabajo en equipo para dar una mayor seguridad a las y los estudiantes, para que vean que familias y centro de estudios estamos coordinados por ellos y ellas, y así motivar e impulsar su adquisición de conocimientos y evitar el fracaso escolar.
¿Cuáles son los conocimientos y habilidades que crees harán falta para la formación integral de las nuevas generaciones?
Desde mi perfil de educadora creo que los conocimientos y habilidades que son necesarios para una buena formación son la empatía y la voluntad de hacer un trabajo colaborativo y coeducativo para lograr un gran porcentaje de éxito. El sistema educativo poco a poco va avanzando gracias a las y los profesionales que trabajan en los centros y que entienden un sistema más experimental y libre, colaborativo, que crea inquietudes y necesidades entre el alumnado.
Silvia Montero Cuesta. Educadora de Educación Especial
“Los problemas siguen siendo los mismos”
José Ángel Olavarría. Profesor de Secundaria
“Formar personas sin miedo a equivocarse”
¿Cómo ha afectado la pandemia al día a día de las aulas y de los centros?
La enseñanza no presencial incrementó las diferencias entre el alumnado, que se traducía en una brecha en lo digital y en la gestión emocional. Hemos tenido que adaptarnos a las novedades en la situación sanitaria con un coste alto en nuestra salud. La nueva organización del espacio con distancia ha condicionado nuestro trabajo colaborativo y cooperativo. El currículo se ha vuelto más memorístico y menos práctico de lo que ya era, más aburrido para el alumnado, y menos significativos sus aprendizajes.
¿Cómo es la escuela con la que sueñas para el futuro?
Se corresponde con la sociedad que espero para el futuro, donde se aprecie la diversidad, se respete la individualidad, se colabore con quienes tienen más necesidades. Donde los conocimientos sean importantes para desarrollar las capacidades que permitan al alumnado participar en la sociedad.
Una escuela abierta a su entorno y a las familias, que favorezca desarrollarnos como personas que sienten y tienen sueños y preocupaciones, diferentes ritmos y necesidades.
¿Qué tiene necesariamente que cambiar para formar a las futuras generaciones?
Abordar de una vez la formación inicial del profesorado, tanto en Primaria como en Secundaria. Es necesario modificar la formación actual del máster e integrar la formación docente como una especialización más, bien diseñada y desarrollada. La formación inicial debe tener una continuidad en la formación del profesorado, que tiene que servir a los fines de la educación y a los proyectos de los centros y no a las necesidades individuales. El acceso a la docencia también deja mucho que desear. El currículo es hoy un obstáculo para la educación integral del alumnado.
¿Cuáles crees que serán las problemáticas y de- safíos más importantes en las próximas décadas?
La apuesta por la escuela multicultural en todos los sentidos es, desde mi punto de vista, el principal reto. Pero choca de lleno con la idea de libertad de elección de los sectores más conservadores, que no es más que un eufemismo de libertad de segregación. Hemos retrocedido años en esto y el futuro no es muy halagüeño. ¿Cómo vamos a abordar este debate con tantos intereses políticos y económicos? Difícil, pero inaplazable.
Desde tu perfil profesional, ¿cuáles son los conocimientos y habilidades que crees harán falta para la formación integral de las nuevas generaciones?
Más que los contenidos concretos de una u otra materia, lo imprescindible es plantearse qué valores queremos transmitir. Nos hemos dejado llevar por los libros de texto, por los grupos de comunicación, por las redes sociales… Nos hemos dejado “robar” nuestra principal función. Me parece importante que las nuevas generaciones tengan valores y habilidades, más que conocimientos. Tenemos que formar personas sin miedo a equivocarse y dispuestas a aprender de los errores y a rectificar.
¿Cómo ha afectado la pandemia al día a día de las aulas y de los centros?
Ha sido un desafío. El establecimiento de los protocolos Covid y la desinformación de cómo podía evolucionar la pandemia al abrir los centros provocó mucha incertidumbre; sin embargo, la buena actuación y el compromiso docente ha facilitado esa transición.
¿Cómo es la escuela con la que sueñas para el futuro?
Sueño con el principio que ya expresó Plutarco, hace más de 2.000 años, al decir que la inteligencia, más que un vaso por llenar, era una lámpara por encender. Una escuela abierta, comprometida, emocionante, donde la instrucción solo sea un apoyo para la educación.
¿Qué tiene necesariamente que cambiar para formar a las futuras generaciones?
Es evidente que se están dando pasos importantes en innovación, pero si preguntásemos a las tres últimas generaciones veríamos que el concepto de escuela no ha cambiado tanto como la sociedad.
¿Cuáles crees que serán las problemáticas y desafíos más importantes en las próximas décadas?
En mi opinión, el cambio de la pedagogía de la certidumbre a la pedagogía de la incertidumbre. Acostumbramos a nuestro alumnado al conocimiento por certidumbre: ¿qué río pasa por Sevilla?, ¿cuál es la capital de Francia? Pero en su vida se van a encontrar con problemas que no vienen en los libros. Si al explicar la Física les hablo de la fuerza de la gravedad y la de atracción de los imanes, y después les pregunto ¿qué dos fuerzas conoces?, pues es evidente: copio y pego. Pero si pregunto: hemos visto la fuerza de gravedad y la de atracción de los imanes y cómo se manifiestan… ¿Me podéis describir alguna situación donde se dé ese fenómeno y no sea ni la gravedad ni los imanes? Entonces les provoco esa incertidumbre y les hago poner en funcionamiento su conocimiento (formal e informal) para resolver esa cuestión. El verdadero aprendizaje, la conversión de la información en conocimiento, solo se produce a través de la competencia: usar todo lo que se sabe, independientemente de la asignatura, para resolver un problema que no viene en el libro.
¿Cuáles son los conocimientos y habilidades que crees harán falta para la formación integral de las nuevas generaciones?
Mi frase preferida es que “Sin emoción no hay educación”, y para la docencia es imprescindible el compromiso. Parafraseando a Celaya, la educación es un arma cargada de futuro. En segundo lugar, es necesario el cambio metodológico, salir del encorsetamiento de las asignaturas y trabajar más por ámbitos. Tercero, propiciar el intercambio de buenas prácticas e invertir en formación del profesorado. Por último, y de acuerdo con el proyecto de Ramón Flecha, el desarrollo de comunidades de aprendizaje
Carlos Utrera Infantes. Inspector de Educación y presidente de la Asociación de Inspectores de Educación (ADIDE) Madrid
“El cambio a la pedagogía de la incertidumbre”
Mireia Dellà Marcet. Técnica de Educación Infantil, educadora y formadora
“Más interés por el trabajo colectivo”
¿Cómo ha afectado la pandemia al día a día de las aulas y de los centros?
Ha sido un cambio sustancial, requiriendo la implicación absoluta de todo el personal de los centros. Creo que ha enriquecido el vínculo entre compañeras, así como la predisposición a tener más interés por el trabajo colectivo que por el individual.
¿Cómo es la escuela con la que sueñas para el futuro?
Una donde se contemple de forma natural la educación inclusiva porque ya forme parte de nuestra realidad y no por- que sea aún un proyecto futuro.
¿Qué tiene necesariamente que cambiar para formar a las futuras generaciones?
La educación en una sociedad donde todo el alumnado tenga las mismas oportunidades, independientemente de la clase social y económica a la que pertenezcan.
¿Cuáles crees que serán las problemáticas y desafíos más importantes en las próximas décadas?
Igualdad, inclusividad y cambio climático.
¿Cuáles son los conocimientos y habilidades que crees harán falta para la formación integral de las nuevas generaciones?
Hemos de hacer una mirada hacia una educación basada en el respeto y la sensibilidad hacia nuestro planeta y las personas que lo habitamos. Solo así podremos ofrecer una formación integral.
¿Cómo ha afectado la pandemia al día a día de las aulas y de los centros?
Al inicio del curso con mucho nerviosismo por la ampliación de jornadas de algunos compañeros. Pero a medida que se han ido implantando las medidas de seguridad, el protocolo a seguir en los centros se ha conseguido normalizar en el día a día.
¿Cómo es la escuela con la que sueñas para el futuro?
Una escuela con nuevas tecnologías y nuevos retos para el aprendizaje de la digitalización. Con un funcionamiento más colaborativo e interdisciplinar.
¿Qué tiene necesariamente que cambiar para formar a las futuras generaciones de mediados y finales del siglo XXI?
Lo primero, dotar de más recursos, tanto humanos como materiales, y una información actualizada con la formación adecuada de estos nuevos retos de futuro.
¿Cuáles crees que serán las problemáticas y desafíos más importantes que dominarán la agenda de la educación en las próximas décadas?
El reto de la digitalización con su aprendizaje, además de la atención a la diversidad del alumnado y una adecuada respuesta por parte de los centros educativos.
Desde tu perfil profesional, ¿cuáles son los conocimientos y habilidades que crees harán falta para la formación integral de las nuevas generaciones?
Potenciar la formación para afrontar las nuevas tecnologías y la digitalización: sede electrónica, comunicación e información.
Antonio López García. Personal de vigilancia y control
“Formación para afrontar las nuevas tecnologías”
M. del Pilar Luque Valera. Auxiliar administrativo
“Nos dejamos muchos estudiantes por el camino”
¿Cómo ha afectado la pandemia al día a día de las aulas y de los centros?
Ha afectado de forma muy significativa, pues ha supuesto muchos cambios de organización, delimitación de los espacios y desarrollo de las actividades, tanto dentro como fuera de las aulas. En cuanto a las familias, se ha pasado de la atención presencial, con un contacto más directo y estrecho, a una atención a distancia, lo que ha supuesto una gran esfuerzo y compromiso de todos los trabajadores y las trabajadoras, y un aumento de recursos para poder cumplir con los protocolos establecidos y garantizar la seguridad de todas las personas que formamos parte de los centros educativos.
¿Cómo es la escuela que sueñas para el futuro?
Para mí, lo principal sería acabar con la rigidez del sistema educativo. Para ello, lo ideal sería que se tratara a cada estudiante como único, con sus ritmos de trabajo y aprendizaje, que hubiera diversas alternativas para tratar las materias, que el aprendizaje fuera más práctico que teórico y buscar otras alternativas de calificación que se adapten más a las particularidades de cada individuo.
¿Qué tiene necesariamente que cambiar para formar a las futuras generaciones?
Actualmente, nuestro alumnado persigue conseguir buenas notas para poder aspirar a realizar los estudios superiores soñados. Esto hace que no disfruten de los conocimientos recibidos y estén más pendientes de conseguir la máxima nota. Estudiar se ha convertido en una carrera de fondo y a la meta solo llegan quienes tienen mayor resistencia. Nos dejamos muchos estudiantes por el camino que podrían ser brillantes y valiosos si pudieran disfrutar del aprendizaje, si se hiciera más lúdica la enseñanza.
¿Cuáles crees que serán las problemáticas y desafíos más importantes que dominarán en las próximas décadas?
Creo que habría que replantearse retomar lectura, escritura y la forma de investigar sin recurrir a la Red. Prepararnos y preparar para el gran desafío: preservar nuestro mundo, proteger nuestro planeta, haciendo a los chicos y chicas partícipes y responsables de este cambio tan importante y necesario.
Desde tu perfil profesional, ¿cuáles son los conocimientos y habilidades que crees harán falta para la formación integral de las nuevas generaciones?
El uso de las tecnologías hace que nuestros chicos y chicas tengan cada vez menos habilidades sociales, lo que crea muchos problemas de relación e interacción. Debemos trasladar valores que pongan en importancia el ser humano y el respeto a los demás. Este excesivo uso de las tecnologías hace que toda la información se consiga muy rápido. Niñas, niños y jóvenes no se centran, no prestan atención a una sola cosa, no se paran a contemplar, son impacientes. Hace falta paciencia, constancia, dedicación y concentración. Prestar más atención, detenerse en los pequeños detalles.
¿Cómo ha afectado la pandemia al día a día de las aulas y de los centros?
A pesar de que la pandemia, en algunos casos, ha servido para la implementación de las TIC en el aula a un ritmo más acelerado que el que hubiera tenido en una situación de no pandemia, en general, entiendo que ha afectado negativamente.
Las medidas sanitarias de distanciamiento social han sido utilizadas como pretexto para no continuar con el desarrollo de metodologías activas y participativas (aprendizaje basado en proyectos, aprendizaje-servicio…), con el consiguiente peligro de darle más valor a la enseñanza enciclopédica e individualista que a la competencial y cooperativa.
La escuela se encuentra en un momento en el que los discursos tradicionales pesan en los claustros más que los innovadores (salvo el hecho de utilizar plataformas en línea) a pesar de ser un momento en el que estas son más necesarias para evitar el aislamiento del alumnado. El confinamiento del curso pasado hizo que se perdiera el valor del aula colectiva y cooperativa (se pasó a más aula y a menos escuela).
¿Cómo es la escuela con la que sueñas para el futuro?
Una escuela inclusiva, con sus raíces en la realidad social actual, que forme una ciudadanía competente (competencialmente) y solidaria. Para ello necesitamos un currículo menos enciclopédico y más competencial, que facilite la producción de conocimiento frente a la repetición de información.
¿Qué tiene necesariamente que cambiar para formar a las futuras generaciones?
El currículo es necesario reducirlo. Las metodologías activas y participativas que, aunque estén perfectamente aclaradas en la legislación, entran en notable contradicción con el afán por acabar los “temarios”. El peso del examen como “señor” de los instrumentos de evaluación. Primar la evaluación formativa sobre la evaluación final (formación y aprendizaje sobre calificación).
¿Cuáles crees que serán las problemáticas y desafíos más importantes en las próximas décadas?
Al menos, en la próxima década, la problemática social y económica en la que ya están inmersas numerosas familias, por lo que será necesaria la priorización de los aspectos emocionales del alumnado sobre los curriculares.
Desde tu perfil profesional, ¿cuáles son los conocimientos y habilidades que crees harán falta para la formación integral de las nuevas generaciones?
Los relacionados con la educación emocional y con la educación para una ciudadanía democrática.
Paulino Pumarejo Gómez. Profesor de Secundaria