Nuevos retos educativos, nuevas respuestas

ESTE ES EL LEMA QUE HEMOS ESCOGIDO PARA NUESTRO 13º CONGRESO, un momento en el que hacemos “arqueo de caja”, sometemos a la crítica la coherencia existente entre los objetivos planteados y su grado de cumplimiento. Hacemos autocrítica.

Pero también nos repensamos. Nos situamos ante los nuevos retos. Y en ese sentido nos proyectamos hacia el futuro. Como rezaba el lema “Repensar el sindicato”, hicimos historia, hacemos historia y seguiremos haciendo historia, que es tanto como decir que seguiremos construyendo el futuro, que seguiremos siendo un vector de progreso y de igualdad.

Con casi un millón de personas afiliadas, somos la organización social más importante de este país. Terminamos el mandato congresual siendo también la primera organización sindical en términos de representatividad, con más de 10.000 delegados y delegadas sobre UGT. En el ámbito educativo, somos también la organización sindical más representativa, con 600 delegados y delegadas de diferencia sobre UGT, cumpliendo así con las previsiones contempladas en nuestros planes de trabajo. Somos el sindicato mayoritario en la Enseñanza Pública No Universitaria, en la Universidad, en el Personal de Servicios Educativos Complementarios y en la mayoría de los convenios de la Enseñanza Privada.

Pero si queremos seguir manteniendo esa posición de liderazgo sindical y social tenemos que hacer frente a nuevos retos. En el ámbito general, quisiera destacar dos que me parecen especialmente relevantes: acercar y afiliar a la juventud al sindicato y organizar a los sectores más precarizados, a las nuevas realidades laborales.

Vamos a desplegar nuestro trabajo en un contexto político en el Estado que no podemos desaprovechar. Vivimos una legislatura compleja que necesita de equilibrios políticos complicados, pero que debemos aprovechar para generar cambios que vayan en la dirección de construir una sociedad con mayores cotas de igualdad y de solidaridad. Tenemos que blindar el escudo social, fortaleciéndolo con nuevos incrementos del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y con la reversión de la reforma laboral y la de pensiones. Debemos hacerlo desde nuestra radical autonomía y manejando el binomio negociación-presión: en las mesas de negociación y en la calle.

En el ámbito educativo también tenemos a punto nuestra agenda, que, en la situación excepcional que vivimos, requiere prestar una atención específica a la pandemia. Esta ha roto la estructura dura y rígida del sistema educativo, lo que nos da una oportunidad de cambio si somos capaces de pensar distinto y entender que vivimos una situación inédita (no una nueva normalidad) que debemos abordar con una mirada nueva. Tenemos la necesidad de avanzar hacia sistemas educativos resilientes y flexibles, y modelos públicos e inclusivos en los que la participación y los valores democráticos tengan peso específico.

No debemos dilapidar el esfuerzo desplegado que ha garantizado que España sea uno de los pocos países de la UE en el que la educación no ha sufrido nuevos confinamientos este curso

Para avanzar hacia ese escenario de innovación, equidad y derecho a la educación, hemos constatado que se hacía imprescindible la recuperación de la presencialidad. Por lo tanto, hemos trabajado para volver a una presencialidad segura, para lo que hicimos especial incidencia en las medidas higiénico-sanitarias y en las ratios, que no debían superar 20 estudiantes por aula. Este curso hay 37.000 docentes más que el curso pasado en la educación no universitaria y un número difícil de precisar de personal de administración y servicios, gracias a quienes se han reducido las ratios, mantenido las distancias y funcionado los grupos burbuja.

No debemos dilapidar el esfuerzo desplegado que ha garantizado que España sea uno de los pocos países de la UE en el que la educación no ha sufrido nuevos confinamientos este curso. No debemos bajar la guardia, ni en términos higiénico-sanitarios ni en lo relativo a las ratios reducidas y al personal contratado para garantizarlas. Más aún, debería contratarse más profesorado para garantizar la plena presencialidad en el ámbito de la Enseñanza Secundaria con ratios reducidas principalmente por razones sanitarias, pero también educativas.

Debemos reparar el daño que ha sufrido el alumnado, especialmente el más desaventajado, durante el confinamiento. Y no podemos olvidar que la LOMLOE propone un modelo curricular basado en el desarrollo de competencias básicas, que precisa de centros abiertos, flexibles, con autonomía pedagógica y con el profesorado suficiente para poner en marcha proyectos compartidos y colaborativos que redunden en el éxito escolar de todo el alumnado. No podemos volver a centros rígidos con aulas masificadas y profesorado escaso.

Nuestra ponencia congresual nos sitúa también ante muchos otros retos: los que devienen de los desarrollos normativos de la nueva ley educativa, la necesidad de abordar la negociación del Estatuto Docente, la imprescindible reforma de nuestro sistema de Formación Profesional, la negociación del Estatuto del personal docente e investigador, las reformas que se deben acometer en la educación superior y el refuerzo de la negociación colectiva, con el objetivo de recuperar nuestro poder adquisitivo y las condiciones laborales erosionadas durante la etapa de los recortes…

El 13º Congreso de la Federación de Enseñanza de CCOO debe suponer un eficaz impulso para avanzar en la lucha por los objetivos citados y para reforzar nuestra mayoría sindical en el sector.

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Francisco García

Secretario general FECCOO