Rivas Vaciamadrid: la Smart City que educa con el ejemplo

LA RECIENTE PUESTA EN MARCHA DEL PLAN DE ZONAS DE BAJAS EMISIONES EN ENTORNOS ESCOLARES (ZBE) en la localidad madrileña es el último ejemplo de cómo, desde el Ayuntamiento, se puede fomentar la conciencia ambiental colectiva hacia la sostenibilidad.

Rivas Vaciamadrid es el municipio con mayor progresión demográfica de Europa en las últimas décadas. Su evolución ha sido brutal, pasando de 500 habitantes en los años 70 del siglo XX a 92.000 en 2020. Otra seña de identidad es que el 70% del término municipal pertenece al Parque Regional del Sureste, situado entre los ríos Jarama y Manzanares. Partimos pues, de una ciudad joven, con un alto porcentaje de menores, en un entorno natural privilegiado. Su alcalde, Pedro del Cura (Madrid, 1974), la define como “abierta, participativa, solidaria, reconocida y premiada como Smart City, que pone la tecnología al servicio de la gente”.

Preocupada por la sostenibilidad

Desde 2012 pertenece a la RED Española de Ciudades Inteligentes (RECI), cuyo objetivo es intercambiar experiencias y trabajar un modelo de gestión sostenible y mejorar la calidad de vida de la ciudadanía incidiendo en aspectos como el ahorro energético, la movilidad sostenible, la Administración electrónica, la atención a las personas y la seguridad. Este objetivo se implementa con una serie de proyectos (compra directa de energía, alumbrado, semáforos…) y una dotación de espacios públicos y servicios muy completa: 32 centros educativos y una amplia red cultural y deportiva.

Educación ambiental pegada a la realidad

El centro de operaciones de la educación ambiental en Rivas es el Centro de Recursos Ambientales Chico Mendes. Cuenta con varias instalaciones y estructura su estrategia desde una doble vía:

  • La educación ambiental para la ciudadanía, que consta de una serie de talleres organizados desde el Centro de Recursos Ambientales Chico Mendes, las sendas y rutas por el Parque Regional del Sureste, voluntariado, visitas guiadas y agroecología.
  • El Programa de Apoyo Municipal a Centros Escolares (PAMCE), que se desarrolla en colegios, escuelas infantiles e institutos del municipio integrando la educación ambiental en el currículo escolar. Existen dos niveles de intervención: el programa de actividades ambientales, con un enfoque curricular, en el que se imparten talleres y se realizan actividades variadas. Por otro lado está la Escuela Verde, que incluye caminos y huertos escolares, consumo responsable y el proyecto 50/50.

Proyecto 50/50: centros sostenibles para la infancia

Esta iniciativa parte de establecer un beneficio directo para el colectivo de personas que usan determinada instalación. En el caso de los colegios, Pedro del Cura lo explica así: “Pusimos en marcha el proyecto 50/50, que consiste en que a través de una campaña de concienciación sobre el ahorro energético en la población escolar y con una medición del consumo de energía del curso anterior se establecieron una serie de medidas y, del ahorro obtenido, la mitad de ese dinero iría destinado a una inversión en el centro de elementos de eficiencia energética y el otro 50% estaría destinado al alumnado (viajes de fin de curso, excursiones…). Los consumos de los coles los pagamos los ayuntamientos y esto nos permite concienciar al alumnado respecto a la importancia de conseguir estos pequeños ahorros de energía y esa práctica la llevan a casa haciéndonos más corresponsables a todas y todos. Hay datos muy sorprendentes del dinero que se perdía y lo que suponía en ingresos suculentos para las empresas energéticas. Si todo esto lo conseguimos con medidas energéticas con retorno, a corto plazo podemos mejorar. Hablamos de saldos a favor de 20.000 euros al año. Al final es una manera de trabajo muy eficaz”.

ZBE: las familias toman las calles

En septiembre de 2021, Rivas Vaciamadrid puso en marcha su plan de Zonas de Bajas Emisiones en entornos escolares (ZBE), un proyecto que consiste en proteger las zonas cercanas los colegios para reducir la contaminación y prevenir accidentes. Según Pedro del Cura, “es un problema de movilidad y de picos de contaminación. Cuando hemos empezado a trabajar en este campo, en aplicación de la Ley de Cambio Climático (que obliga a las ciudades de más de 50.000 habitantes a intervenir), nos hemos dado cuenta de que si tenemos que hacer una primera intervención en zonas de bajas emisiones vinculando la salud con la seguridad y la movilidad, hay que hacerlo en los entornos escolares y tenemos que intentar que estos sean los más protegidos posible y seguros. Ahora si vais a la puerta de un colegio veis a las mamás y los papás sentados en los bancos de fuera. Donde antes había coches aparcados, ahora están las niñas y los niños jugando, es una zona más de esparcimiento y ahora lo que hacemos es que la zona de seguridad, que era la valla escolar, sale un poco a la calle y se amplía, como una extensión, donde las familias hablan, se encuentran y donde la gente pueda estar relajada charlando y haciendo cosas. Por eso haremos más actuaciones en la vía pública para conectar el cole con la calle.

Bicinrivas: salud sobre ruedas

Existe un servicio municipal de alquiler de bicicletas en marcha desde 2011. Se usa a través de una app y los precios van desde 0,50 euros por una hora de uso a los abonos mensual (10€) o anual (30€), como parte del plan “Emisiones Cero”. En definitiva, un puñado de experiencias inspiradoras para la ciudadanía de la que no vendría mal que tomaran nota otras administraciones. Gobernar de manera sostenible es posible.

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Encarnación Pizarro Pariente

Secretaría de Salud Laboral, Medio Ambiente y Formación para el Empleo de FECCOO

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Rafael Páez

Secretaría de Salud Laboral y Medio Ambiente de FECCOO