Censurado y recuperado

EN 1972, LA CENSURA FRANQUISTA PROHIBIÓ EL SEGUNDO LARGOMETRAJE DE UN PROMETEDOR DIRECTOR DE CINE. Dos años antes, la primera película de Alfonso Ungría (Madrid, 1946) había sido felizmente recibida en la Mostra di Venezia.

En el Hombre oculto mostraba la odisea de un topo, de un excombatiente escondido durante la dictadura. Estimulado por el éxito, Ungría emprendió su segundo proyecto, Tirarse al monte, en el que aparecen Julieta Serrano, Carlos Otero, Carmen Maura (que había debutado en la anterior producción), Yelena Samarina, Luis Ciges o Mario Gas.

Interpretan una pléyade de personajes marginados que expresan sus pasiones, gritan, temen y buscan la libertad. Se consideró que la obra era un “panfleto pornográfico y soez”. Alfonso solo había querido hacer un “esperpento carpetovetónico”, pero le salió demasiado escandaloso y libertario para los cánones de la dictadura. Su largometraje sobre el topo, aplaudido en Venecia, también despertó recelos. La difusión en España fue obstaculizada, quedando reducida a unas sesiones en un cine de Madrid y otro de Barcelona. Con Tirarse al monte tocó techo y Ungría fue apartado del cine hasta que pudo abordar Gulliver (1977).

Inesperadamente, la película se ha estrenado cincuenta y dos años después. El acontecimiento ha tenido lugar en el Festival Internacional de Lisboa, Doclisboa 2024. Ha sido por iniciativa de la Escuela de Cine y Audiovisual de la Comunidad de Madrid (ECAM), gracias a una restauración y digitalización primorosamente ejecutada por el profesor Javier Mosqueda.

El propio director ha podido ver en público su película. Ha sido un acto de reconocimiento, reparación y justicia. Se trata de una obra ambiciosa, de 114 minutos, influida por las corrientes innovadoras que Ungría conoció en su juventud: el Cinema Nôvo brasileño, el Neorrealismo italiano, el Free Cinema, la Nouvelle Vague… Es una creación surrealista, onírica, ceremonial, con aire de auto sacramental. Muestra un mundo imposible donde a los expulsados del paraíso solo les queda huir por el páramo. La bellísima secuencia de Julieta Serrano y Nino Renovales corriendo como Adán y Eva a campo abierto es digna de figurar en una antología del cine español. Los diálogos son teatrales, calderonianos, con citas de Shakespeare (Julio César) y de Valle-Inclán (Romance de lobos).

La incomunicación y el aislamiento se hacen patentes en una España rural que se vacía, tema que recobra triste actualidad. La impactante presencia del paisaje soriano, convertido en dramatis persona, con espléndida fotografía de Ramón F. Suárez, es otra baza en la configuración de una atmósfera opresiva, ascética y amenazadora, pero irresistiblemente sugestiva. Esta recuperación llega poco después de la publicación de un jugoso libro de Alfonso Ungría: Memorias. Del cine en la Transición (Cátedra, 2023). Ojalá no tardemos en celebrar el estreno en España de Tirarse al monte.

Escribir comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Autoría

Imagen del autor

Víctor Pliego de Andrés

Catedrático de Historia de la Música en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid