Breve biografía
Nacida en Barakaldo (1963), Eva Ferreira es licenciada en Matemáticas por la UPV/EHU, máster en Probabilidad y Estadística por el Instituto Courant de la Universidad de Nueva York (NYU) y doctora en Economía por la UPV/EHU. Es catedrática en Economía Aplicada desde 2006.
Sus líneas de investigación fundamentales se centran en métodos de probabilidad y estadística con aplicaciones a campos diferentes como el análisis de efectos de medicamentos en medicina, la evaluación del riesgo sistémico en finanzas o la incidencia del sesgo de selección en el efecto techo de cristal. Su liderazgo en investigación se plasma en la dirección de proyectos y grupos de investigación competitivos de forma continuada, habiendo publicado una amplia variedad de artículos en revistas de alto impacto internacional en su campo. Ha realizado estancias de investigación como profesora invitada en varias universidades europeas (Bath, Giessen y Friburgo), e impartido conferencias invitadas fuera de Europa, como en la brasileña Universidad de Sao Paulo, en la Universidad de Luisiana de EE.UU. o en la universidad india de Ahmedabad. Ha dirigido cinco tesis doctorales, incluyendo tesis internacionales y en euskera.
Ha estado al frente del Vicerrectorado de Asuntos Económicos y de Organización Académica en la UPV/EHU (2004-2008), de la Secretaría General en la misma universidad (2009-2012) y de la Dirección de la Agencia de Calidad del Sistema Universitario Vasco (Unibasq, 2015-2019).
En los últimos años ha impulsado la actividad de divulgación científica en distintos foros y formatos (conferencias, organización de coloquios y artículos de divulgación). En marzo de 2020 se incorporó al comité de expertos del CEMAT (Comité Español de Matemáticas), colaborando en las propuestas de mejora de la modelización y monitorización de los datos sobre el coronavirus.
En su discurso de aceptación del cargo de rectora, ante el lehendakari y el consejero de Educación, habló de asumir una perspectiva abierta, integradora y solidaria, como universidad pública, sin renunciar a la excelencia académica e intelectual.
Dije en aquella ocasión que las capacidades intelectuales no entienden de posibilidades económicas. La visión solidaria e integradora que de la vida universitaria defiende la UPV/EHU no se halla en contradicción con una visión exigente y rigurosa del trabajo académico: debemos aspirar, y aspiramos siempre, a la excelencia. Nuestra obligación, como universidad, es buscar la excelencia académica e intelectual, y nuestra obligación, como universidad pública, es también afianzar un modelo en el que el acceso a la educación superior esté garantizado para todas las personas con capacidad y voluntad de recibirla. De hecho, la equidad y la inclusión son imprescindibles para optimizar el aprovechamiento del talento, porque el talento que se pierde por condicionantes económicos supone una lamentable desinversión económica y humana.
¿Dónde piensa que se va a notar más prontamente la mano de la nueva rectora?
Como cualquiera de mis predecesores, busco la mejora en todas nuestras actividades: docencia, investigación y transferencia de ese conocimiento con impacto directo en la mejora de nuestra sociedad. Creo que estamos en el buen camino, pero sí diría que falta una conciencia del valor social de nuestro trabajo, más allá de la formación de capital humano. En este contexto sí remarcaría que tengo un particular empeño, diría que novedoso, en poner los retos sociales (que aglutinan los ODS aprobados por la ONU en 2015, más el nuestro, sobre el cuidado de la lengua y la cultura vascas), en el centro de todas nuestras actividades. También poner en valor la contribución de la UPV/EHU a la consecución de retos sociales a través de la investigación y de la transferencia. Otro reto importante y donde hay mucho por hacer es el impulso al emprendimiento. Me gustaría que los empleos que generen alto valor dentro de 10 años procedan de ideas de nuestras egresadas y nuestros egresados. En suma, una sociedad más concienciada con el valor social de su universidad y un empleo de calidad asociado a todas las ramas del saber. Dos retos, uno para cada mano.
¿Qué papel aspira a jugar la UPV/EHU entre el conjunto de universidades públicas españolas?
La UPV/EHU forma parte del Grupo 9 de Universidades, que aglutina a las 9 únicas universidades públicas en sus respectivas comunidades autónomas, con lo que es un grupo que comparte muchas cuestiones comunes y que tiene mucha influencia a nivel estatal. Dentro de la CRUE, formo parte del Comité Permanente, comité en el que ya estaba mi predecesora y este es un órgano de contacto directo con el ministerio de universidades. Por nuestro papel en ambas instituciones, diría que tenemos un lugar muy relevante y aspiramos a que lo sea aún más en el futuro. Este tipo de foros es importante para incidir tanto en la elaboración de normas como en la generación de sinergias y debo decir que en los últimos años nuestra universidad está consolidando un claro prestigio tanto dentro del estado como a nivel internacional.
¿Le preocupa la proliferación de universidades privadas en los últimos años? ¿Y la cercanía que están mostrando los políticos locales para la llegada de más centros no públicos a Bilbao, concretamente a la Isla de Zorrozaurre?
He aprendido de mis predecesores en el cargo que nuestra obligación, como institución, es explicar y potenciar el proyecto universitario de la UPV/EHU, pero no enjuiciar ni opinar sobre los proyectos de los demás. En todo caso es importante que la ciudadanía y sus representantes conozcan bien los proyectos universitarios y el respaldo académico que tienen, de cara a apostar por la mejora del sistema de educación superior. Un proyecto universitario es una apuesta de largo plazo, donde la generación de capital humano de alto nivel debe estar sustentada en una plantilla de personal docente e investigador de nivel suficientemente acreditado y esto significa, como digo, un claro respaldo en el mundo académico. En ese sentido, la clase política no debe tener la más mínima duda acerca del liderazgo que la Universidad del País Vasco ostenta como institución académica en nuestra sociedad, y no solo por el volumen de nuestro alumnado, por la calidad contrastada de nuestra investigación y la relevancia de la transferencia de conocimiento que realizamos, sino también por los valores que, como decía en la primera pregunta, guían nuestro trabajo. Por supuesto, eso no excluye valorar el trabajo de otras universidades ni la posibilidad de colaborar con ellas cuando se considere oportuno.
Centrándonos en la singularidad de la UPV/EHU, su cometido actual. En la ultima legislatura los conflictos judiciales se han incrementado exponencialmente. ¿Se plantea en este mandato buscar soluciones negociadoras y así evitar la judicialización de los conflictos?
Desde luego, la voluntad de este equipo rectoral es hablar con todos los sectores universitarios, conocer de cerca sus necesidades y sus reivindicaciones. Mi despacho va a estar siempre abierto para todos los miembros de la comunidad universitaria, sin ninguna otra limitación que no sean las lógicas limitaciones de encaje en una agenda profesional. Creo que, si mantenemos una actitud de diálogo y de mirada unida hacia adelante y no hacia los lados con desconfianza, ganaremos todos y todas. En esa actitud debemos recordar siempre que somos una universidad pública, que hay normas que un equipo rectoral no puede cambiar unilateralmente, aunque no le gusten, pero que en la unidad de acción tendremos más fuerza para desencadenar cambios positivos.
¿Cómo va a abordar la UPV/EHU el rejuvenecimiento de las plantillas, tanto del PDI como del PAS? ¿Se van a mantener las iniciativas actuales?
El envejecimiento de la plantilla de la Universidad del País Vasco es una evidencia y la solución de ese problema una necesidad. Y no se trata solo de diseñar una salida material, sino de incidir también en la calidad del trabajo. Hay, en ese sentido, dos cuestiones fundamentales: por una parte, mejorar la expectativa de la carrera profesional; por otra, mejorar la estabilidad en el empleo. El profesorado de nuestra universidad tarda demasiado tiempo en alcanzar la estabilidad necesaria. Este es un caso en el que las normas escapan a nuestro ámbito de decisión, pero sí podemos influir para transformar el marco legislativo y conseguir que la estabilidad para nuestro profesorado y nuestro personal de administración y servicios no sea un camino largo y complicado y que la carrera profesional sea más ilusionante.
Esta pandemia ha puesto sobre la mesa la importancia de la salud y seguridad en el trabajo. ¿Se va a aprovechar esta circunstancia para revisar y mejorar los servicios y los procedimientos?
Yo creo que la pandemia ha sido una prueba en todos los sentidos. La universidad pública vasca tuvo que responder de forma inmediata y supo hacerlo, a pesar de todos los contratiempos, con un nivel de eficacia extraordinario. Hablo de docencia y de investigación, pero hablo también de la cuestión que plantea. Se establecieron protocolos desde un primer momento y, después del largo confinamiento, hemos conseguido mantener la actividad universitaria con un alto grado de presencialidad (algo imprescindible en nuestro modelo universidad), y con el desarrollo paralelo de la actividad virtual, que se extiende a la formación, la investigación y también la actividad profesional del personal de administración y servicios. Desde que empezó la pandemia, hace ya más de un año, hemos tenido menos de 1.500 casos registrados, y un único foco originado en la propia universidad, que no fue en ninguna aula sino en un colegio mayor, en Bilbao, resuelto ya hace muchos meses. Todo ello demuestra que las condiciones en que se desarrolla el trabajo en la UPV/EHU son razonablemente seguras, aunque, por supuesto, siempre tratamos y trataremos de mejorar.
Existe una queja generalizada en el colectivo investigador por su precariedad salarial, por la falta de estabilidad y por que su carrera profesional no está claramente diseñada. ¿Prevé abordar esta problemática que afecta a tantas personas trabajadoras, más si cabe, ahora que se ha demostrado la importancia de la investigación para la sociedad?
Lo que comentábamos de todos colectivos universitarios adquiere un matiz aún más sangrante en el caso de investigadores e investigadoras, porque su trabajo perfila, en buena parte, el futuro de una buena universidad. Es descorazonador encontrar personas que llevan adelante proyectos de investigación ambiciosos, necesarios y en algunos casos de enorme trascendencia social, mientras van pasando los años y no ven consolidadas sus condiciones de trabajo. Al hilo de lo que decía antes, queremos impulsar la estabilidad del personal investigador y mejorar las condiciones de trabajo, especialmente de las personas más jóvenes. Hay que definir una carrera académica atractiva para potencias también las vocaciones investigadoras.
El profesorado se queja de la escasa dignificación de la actividad docente, de la carga burocrática y de las diferencias de trato entre colectivos que tienen iguales responsabilidades. ¿Tiene previsto alguna medida al respecto?
Somos una institución pública y la transparencia en la rendición de cuentas es incuestionable. Ahora bien, tenemos que encontrar un equilibrio entre el tiempo que dedicamos a hacer lo que tenemos que hacer y el que dedicamos a contar lo que hemos hecho. Para ello necesitamos flexibilidad y confianza en los procedimientos de toma de decisiones, de forma que confiemos en los comités que evalúan el trabajo realizado. En un sistema educativo e investigador, los resultados y los logros sociales son importantes. Por ello es importante valorar igual a iguales y valorar distinto a quienes trabajan diferente. La sociedad que nos financia así lo reclama.
Refiriéndonos al PAS. Esta pandemia ha demostrado que la UPV/EHU puede funcionar correctamente con jornadas más flexibles y fórmulas como el teletrabajo. ¿Va a accederse a una revisión y ampliación del acuerdo de teletrabajo? ¿Se negociará la posibilidad de una jornada más flexible que favorezca la conciliación de la vida personal?
La pandemia nos ha obligado a quemar etapas y reforzar la actividad no presencial en todas sus vertientes: un proceso que hubiéramos llevado adelante en todo caso pero que, ante el apremio de las circunstancias, nos hemos visto obligados a acelerar. Yo no dudo de que se abre un nuevo periodo en ese sentido, con una ampliación de las modalidades de desempeño profesional. Eso sí, quiero subrayar del mismo modo que nuestro modelo de universidad no es el de una universidad a distancia. La presencialidad, el contacto personal, el campus como lugar en el que confluye toda la comunidad universitaria, no están es cuestión.
¿Alguna otra cuestión que le gustaría mencionar?
Agradezco el interés de CC.OO. por la universidad pública vasca, la Universidad del País Vasco, la de toda la comunidad vasca, porque la pagamos todos y todas, incluso quienes no han tenido la oportunidad de acceder a ella. Agradezco también el interés concreto por el proyecto de gestión que nuestro equipo quiere llevar adelante. Me parece importante el trabajo sindical, sea en organizaciones empresariales o en otro tipo de instituciones. Entiendo que además la actitud de un sindicato como CCOO, cuando se trata de una institución pública de educación superior como la nuestra, va más allá de velar por los derechos de los trabajadores y las trabajadoras, y que también ejerce la defensa de la misma institución pública y de su gobernanza democrática. En esta defensa nos encontramos, y confío firmemente en la disposición sindical para colaborar y para confrontar opiniones de modo constructivo. Estoy convencida de que podemos dar un salto en la mejora de la Universidad del País Vasco si todas las personas y todos los colectivos ponemos como prioridad el servicio que desarrollamos a favor de nuestra sociedad.
Últimos comentarios
Mía
Muy buen aporte. Gracias por compartirlo.