Y, precisamente porque lo sabemos, se nos hace tan complicado animar a quienes tenemos alrededor de que hay opciones, otras maneras de vivir y de que las cosas no tienen por qué ser así para siempre.
Sin energía
Es porque sabemos que nos quedamos sin energía y que las profesionales de la educación están cada día más cansadas: ratios, inestabilidad, jornadas laborales que se alargan hasta la noche en casa, etc. Porque tenemos contacto con nuestros centros de trabajo y porque nuestra afiliación trabaja con nosotras día a día.
Sabemos que, cada vez más, las estudiantes tienen que trabajar mientras acaban sus titulaciones porque ya es imposible pagar una habitación de alquiler. Sabemos que las maestras y profesoras tienen jornadas y ratios muy superiores a las deseables para una educación de calidad. Sabemos que al personal laboral le amenaza una inestabilidad que impide su arraigo con los centros educativos y con la profesión. Sabemos que los sectores que atienden a la población que más necesita de nuestros cuidados están remunerados muy por debajo de lo que se merecen.
Lo sabemos porque somos esas personas y pertenecemos a esos sectores de la educación. Y sabemos que estáis cansadas, porque también lo estamos. Pero contamos con una cosa que nos hace de ancla y de soporte: nuestra fuerza sindical. Si CCOO es el primer sindicato de la educación en el Estado es porque no nos resignamos, y porque somos tantas que cuando algunas estamos agotadas siempre hay otras que nos aúpan.
Las delegadas y los delegados de FECCOO trabajan día a día por la mejora de las condiciones de todas las personas trabajadoras. De todas, sin excepciones. Y, aunque a veces estamos tan cansadas que no iríamos a votar, nuestras delegadas necesitan que lo hagamos. Es tan fácil como ir a la urna, como comentar en el almuerzo que es importante votar y que nos jugamos mucho.
Estamos cansadas, sí. Pero queremos dejar de estarlo y sabemos que la historia del sindicato nos avala. Vamos a fortalecer al sindicato con cada voto, porque cada uno de ellos es una garantía de que nos espera algo mejor. Sabemos que la vida no es cansancio, y vamos a luchar por ello en cada ocasión, combatiendo fake news, convenciendo a las compañeras y votando. Vamos a ir a votar.