SONIA ALESSO(Rosario, Argentina), creció entre docentes y maestras –su madre y sus tías lo eran– por lo que su camino profesional fue algo natural. Vivió bajo el control de la dictadura, pero pronto se dio cuenta de que el cambio podía venir desde un compromiso activo. Desde mayo de 1988, tras la protesta masiva en Argentina en defensa de la escuela pública conocida como la Marcha Blanca, ya no hubo duda. Hoy es reconocida como una de las sindicalistas más importantes en su país y, tras una larga carrera, es actualmente secretaria general de la Confederación de los Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA) y presidenta de la Internacional de la Educación de América Latina (IEAL). Además, es miembro de la Mesa Nacional de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA).
¿Cómo ha cambiado Argentina desde la llegada de Milei al Gobierno?
Desde el triunfo de Javier Milei, el país ha cambiado muchísimo. Argentina ha sido un país con un avance muy grande en derechos sociales, económicos, laborales, la presencia de las y los trabajadores en cuestiones que tienen que ver con la defensa de sus derechos laborales; también en cuestiones más vinculadas a los derechos individuales de segunda y tercera generación, polí ticas de género, de derechos humanos, como el juicio a los militares genocidas que perpetraron la última dictadura mi litar con más de 30 mil compañeras y compañeros detenidos desaparecidos.
Todas esas políticas, en defensa del trabajo, de la salud, de la educación, de las políticas de género y de los derechos humanos han retrocedido de una manera muy importante con el actual Gobierno, incluso al punto de intentar que los genocidas que están aún presos salgan de la cárcel. A la vez, se ha frenado todo lo que tiene que ver con las políticas de derechos humanos en la búsqueda de los 300 nietos apropiados en la dictadura que todavía seguimos buscando junto a las abuelas y las madres de Plaza de Mayo.
¿Qué ha significado para docentes y personal educativo la desaparición del Ministerio de Educación como tal?
En la Argentina siempre hubo Ministerio de Educación. ¿Por qué? Porque el sistema argentino es un sistema republicano y federal donde la garantía de la educación por ley está garantizada por el Estado nacional y los gobiernos provinciales. Desde el triunfo de Javier Milei, el Estado elude la responsabilidad indelegable que tiene por ley, razón por la cual hemos denunciado ante organismos internacionales el incumplimiento de las leyes, en nuestro caso la Ley Nacional de Educación, donde se habla claramente de que la educación es un derecho social y debe ser garantizado por el Estado y los gobiernos provinciales.
Ha dejado de invertir en salarios, en infraestructura, en becas escolares, en libros, en material didáctico, en computadoras, en un plan nacional que se llamaba Conectar Igualdad, que permitía garantizar computado ras para todos los niños, las niñas y jóvenes estudiantes.
También ha desfinanciado el Instituto Nacional de Formación Docente, donde había un plan nacional en el que los sindicatos también participábamos, así que el Estado ha dejado la educación a cargo de una Secretaría con muy pocas responsabilidades, atribuciones e incumpliendo las leyes vigentes.
¿Cuál ha sido el impacto en vuestra labor sindicalista de las medidas adoptadas por el Gobierno actual?
Nuestra labor como sindicalistas ha sido durante este año una lucha permanente, no solamente por nuestros temas específicos como docentes, sino también en defensa de la salud, del medio ambiente, de los recursos naturales y nuestra soberanía; pero también de las luchas de las mujeres, las diversidades y los derechos huma nos. Es decir, que hemos estado en la calle todo el año reclamando salarios, condiciones de trabajo, cumplimiento de las leyes de educación, formamos parte de la gran marcha educativa y universitaria, y de la marcha del 1 de febrero, antifascista y antirracista, con diversos colectivos. Ha sido un año de muchísimas luchas y esperamos que este 2025 continúe.
¿Cuáles eran vuestras reivindicaciones principales en la Marcha federal del orgullo antifascista y antirracista, y cómo fue la participación?
El pasado 1 de febrero, más de 1.200 organizaciones de todo tipo: feministas, LGTBIQ+, sociales, sindicales, organismos de derechos humanos, empresaria dos y movimientos ecologistas, convocamos una marcha ciudadana en todo el país, movilizando a dos millones de personas –800.000 en Buenos Aires y el resto repartidas en todas las provincias argentinas–. Dos millones de personas que marchamos en contra del racismo, de la xenofobia y del fascismo, porque el discurso de Javier Milei y sus prácticas políticas estigmatizan a la diferencia, no son tolerantes, no respetan las diversidades ni el movimiento de mujeres, y persiguen a las leyes que tienen que ver con los avances de los derechos de los feminismos, que en Argentina ha conseguido grandes avances.
Marchábamos con la consigna de no al fascismo, no al racismo y en defensa de la educación sexual integral. Ha sido una marcha multitudinaria, pacífica, alegre, esperanzadora que, de alguna manera, como siempre en Argentina, ha dicho no a estas políticas de exclusión, de miseria y de hambre promovidas por el Gobierno.

“Todas esas políticas en defensa del trabajo, de la salud, de la educación, de las políticas de género y de los derechos humanos han retrocedido de una manera muy importante con el actual Gobierno”
Si tuviera que escoger las tres medidas más retrógradas de Milei, ¿cuáles serían?
Entre las medidas retrógradas de Milei, sin duda ninguna, destacaría lo que tiene que ver con el incumplimiento de las leyes para garantizar la educación y la universidad públicas; en segundo lugar, los retrocesos en salud, sobre todo porque Argentina era pionera en cuanto a la inversión en educación y en salud, a la prevención de enfermedades de transmisión sexual y VIH, y todo lo relacionado con políticas de cuida do, políticas de género. Y, tercero, muy fuertemente, el tema de los derechos humanos.
En ciertos medios se habla mucho del milagro de las medidas económicas del Gobierno, sobre todo en cuanto a la reducción de la inflación. ¿Cuál es el impacto de esas medidas en la realidad? ¿Cómo han afectado a la población en su día a día?
Lo que el Gobierno comunica en los medios es una gran reducción de la inflación. Pero bueno, da números que son falsos, puesto que ha habido un recambio de lo que se llama las estadísticas que miden la inflación. Pero, además, algo insólito es que los salarios no han aumentado y hay una gran pérdida del poder adquisitivo, tanto en el sector privado como en el público. El más afectado claramente es este último, pero también en el sector privado hay despidos, y eso se está viendo mucho más ahora en 2025, con ceses de trabajadores y trabajadores del sector industrial con altos salarios.
En relación con lo que el Gobierno ha hecho y plantea para el gasto público, se trata de la reducción de la inversión estatal en escuelas, caminos, hospitales, materiales didácticos, vacunas, transporte, todo lo que tiene que ver con la educación sexual integral, con la prevención de enfermedades de todo tipo. Ha reducido gastos, por ejemplo, de nuestras personas jubiladas. Su salario no les permite llegar a fin de mes y apenas llega para una semana.
Esta venta que hace Javier Milei con respecto a su programa económico no solamente cierra con un nivel de pobreza que ronda el 50% –un 60% en jóvenes y niños–, es decir, ha escalado de una manera muy importante, a lo que se suman los despidos en el sector estatal y en el privado. Esto es lo que el Gobierno vende al mundo como un éxito de la gestión y, en realidad, el coste del plan económico de Javier Milei, que se parece mucho a las medidas impuestas por la dictadura militar de 1976 a 1983, tiene que ver con fomentar la caída de la producción nacional, de olvidarse de defender los puestos de trabajo; un plan económico de privatización y de entrega del patrimonio nacional que ha hecho que se elimine todo lo que tiene que ver con inversión social y productiva.
Específicamente para docentes y para el personal educativo en general, ¿mejora o empeora su situación económica?
Para las y los docentes ha empeorado la situación, tanto en términos de las políticas educativas como en la cuestión que tiene que ver con los contenidos, con la discusión de la formación docente, con la inversión educativa como antes lo mencioné, pero también en escuelas, infraestructura escolar, becas para estudiantes, material didáctico y, muy particularmente, el tema de los salarios, que han tenido una rebaja del 30% en 2024.
¿Ha habido algunas medidas respecto de los currículos educativos y los contenidos que se pueden abordar en las aulas también?
Han eliminado de las escuelas la educación sexual integral, proveniente de una ley nacional que se conquistó con muchísima lucha del movimiento feminista de Argentina y con mucha tarea también de nuestros sindicatos docentes. Y durante años venimos peleando por la defensa de las niñeces y de las juventudes, y también contenidos con respecto a los temas curriculares.
Al Gobierno de Javier Milei lo caracterizamos de ultraderecha, que no es liberal ni mucho menos, ya que los liberales de la Argentina defendían la educación y la salud públicas, y la Constitución nacional. El Ejecutivo actual se arroga casi facultades de todo el poder público, porque elude permanentemente al Congreso de la Nación y a la división de poderes.
¿Cómo veis el futuro de la educación en Argentina?
Nos preocupa el futuro de la educación porque se dan dos fenómenos: uno que tiene que ver con todo el tema de la persecución de las diversidades, como decía anteriormente, pero también con que en la escuela estos discursos de odio, represivos, tienen efecto en la tolerancia y en el respeto que hay que tener en las aulas, y nos preocupa mucho, porque además las personas de los distintos grupos de diversidades están siendo atacadas en muchos lugares, están sufriendo mucho. Hay padres y madres que se acercan con gran preocupación por la situación de sus menores, puesto que ese discurso de odio no tiene únicamente que ver con la retórica, sino que vemos que también pasa a la práctica.
En cuanto a la ciencia, también está siendo fuertemente atacada junto con la educación y la universidad. Argentina tiene científicos y científicas de altísimo nivel que han elaborado satélites para fines pacíficos o médicos, desarrollo tecnológico, en investigación biológica, en física, en las ciencias sociales y en las vacunas. Pero eso está puesto en el punto de mira del Gobierno, que ha echado a un área del Ministerio de Salud, ha desmantelado el CONICET, el organismo que tiene que ver con la investigación científica en Argentina, y ni hablar del arte ni de la cultura…
“El Estado ha dejado la educación a cargo de una Secretaría con muy pocas responsabilidades, atribuciones e incumpliendo las leyes vigentes”

¿Cómo impacta el discurso de odio en el alumnado, en el profesorado y en las familias?
Ha habido, justamente la semana pasada, un ataque a una pareja de lesbianas por parte de un hombre que les ha quemado la casa. Es decir, se atreven a pasar a la acción y eso es algo que nos preocupa muchísimo, sobre todo por lo que eso significa en las es cuelas. También está el intento de eliminar la figura del femicidio, que además se votó por casi unanimidad en la Cámara de Diputados y Cámara de Senadores. En Argentina las cifras son desalentadoras: tenemos un femicidio cada 20 horas, un número muy alto, por lo que es un tema que moviliza mucho a la sociedad. El movimiento de mujeres en Argentina es muy activo y está la constante preocupación de lo que pueda pasar en las aulas si seguimos con estas políticas regresivas.
“El mérito fue dejado de lado por la doctrina de la diversidad”, dijo Milei en Davos recientemente, además de quedarse a gusto criticando a los sindicatos y las organizaciones sociales. ¿Cómo se reciben estos comentarios en la población en general y en la representación sindical?
En cuanto al tema del mérito, la verdad es que nosotros consideramos que la educación, tanto la general básica desde el nivel inicial hasta el secundario, y la educación superior, universitaria o terciaria, tienen que ver con igualar las condiciones. Consideramos desde CTERA y desde IEAL a la educación como un derecho y, por ello, exigimos al Estado el cumplimiento de la inversión educativa. Por eso impulsamos desde la Internacional de la Educación, a nivel mundial, una campaña que se llama ¡Por la Pública! Creamos escuelas, porque entendemos que uno de los problemas más graves que existe, no solo en la Argentina sino en el mundo, es la falta de inversión educativa en lo público.
En ese sentido, el discurso y la práctica políticas del Gobierno de Javier Milei persigue, reprime y critica no solo a la población en general, a las diversidades, sino también al movimiento sindical que lucha, como hacemos en CTERA y en otros gremios de la CTA, que es nuestra central nacional, en defensa de las condiciones de trabajo y de la vida de la gente.
La próxima amenaza del Gobierno es eliminar la figura de femicidio, los cupos laborales para minorías sexuales, la paridad de género en listas electorales y los documentos de identidad para personas no binarias. ¿Tiene la capacidad de conseguirlo? ¿Qué consecuencias podrían tener estas medidas en la práctica?
El Gobierno quiere dar marcha atrás en esos temas, lo está haciendo de hecho, pero todavía no lo ha conseguido legislativamente. En cuanto a la paridad de género en las listas electorales, aún no ha logrado llevarlo a votación parlamentaria, aunque estoy segura de que lo van a intentar. Solo espero que la sociedad esté movilizada frente a ese ataque y que estemos todas y todos en la calle en el momento en que se trate esto en el Congreso de la Nación.

“El discurso de Milei y sus prácticas políticas estigmatizan a la diferencia, no son tolerantes, no respetan las diversidades ni al movimiento de mujeres, y persiguen a las leyes que tienen que ver con los avances de los derechos”
¿Se puede avanzar en un sindicalismo con perspectiva de género ante un Gobierno que niega la violencia de género y arremete contra la diversidad? ¿Cómo se consigue? ¿Qué planes tenéis al respecto desde el movimiento sindical?
Se puede avanzar, por supuesto, con un sindicalismo con perspectiva de género, que es lo que CTERA ha hecho a lo largo de toda su historia. Es una construcción que lleva mucho tiempo, que se suma a un movimiento de mujeres muy plural y muy potente y a asambleas feministas multisectoriales en todo el país. Creo que las mujeres y los colectivos LGTBIQ+ hemos tenido una fuerte participación y eso se logra con mucha tolerancia y unidad. Tenemos prevista la marcha del 8 de marzo y el Paro Internacional de Mujeres el mismo día; además, está la marcha del 24 de marzo, que conmemora el aniversario de la dictadura cívico-militar por memoria, verdad y justicia. Estoy segura de que van a ser marchas muy masivas.
¿Cuáles son los desafíos actuales e inmediatos de CTERA ante la situación que estáis viviendo?
El desafío de CTERA en esta situación es seguir luchando. Tenemos un congreso ahora en febrero en el que esperamos articular respuestas y acciones con los distintos sectores. Nuestro de safío es unificar las luchas, porque las que se den en soledad no tienen la posibilidad de triunfar.
La herramienta que hemos encontrado en la Argentina es una resistencia social y civil, de las organizaciones en unidad, peleando y defendiendo la presencia del Estado frente a un Gobierno que quiere destruirlo. Claramente nosotras y nosotros defendemos la educación y la salud pública, la investigación científica, el arte, la cultura y el rol del Estado como fomento y regulador de todas estas actividades, así que ese es un gran desafío.
Milei ha acusado a los sindicatos de “terrorismo”. ¿Sentís una mayor presión por parte de las autoridades? ¿Teméis por alguna medida más extrema que coarte vuestra labor?
Milei ha acusado a las organizaciones sindicales de todo tipo de cuestiones. Hay un sindicalismo combativo en la Argentina del que nosotras y nosotros somos parte, y vamos a seguir peleando sin ninguna duda. No nos vamos a arrodillar. El Gobierno sabe que no les tenemos miedo y que, además, podemos hacerle frente.
Nos hemos ganado el respeto de la sociedad porque, además, no solo hemos discutido salarios, sino también las políticas educativas. La pelea de CTERA sin temor va a continuar en unidad con todos los sectores que estén dispuestos a enfrentar a este Gobierno que ataca directamente al país, que viene a robar su soberanía, a destruir la educación, la salud, la ciencia y la tecnología. Y eso es algo que no vamos a permitir.