
Ese mundo, que algunas personas ven como un mundo mágico donde todo es falacia o el lugar más hostil, en realidad es el portal directo al día a día de la gente. Hoy es la forma de comunicación más directa con el público al que queremos llegar, más joven o mayor, con más recursos o con menos. Las redes sociales son la nueva caja tonta y eso es algo de lo que no se puede escapar, menos aún si necesitas atención: desde una empresa hasta un sindicato, o viven en ellas o mueren.
Te pongo al día: Facebook está muerto, Instagram está en ello y TikTok está en la cresta. El público más joven es el que primero testea el entorno en cada caso. Si le da el OK, se va extendiendo poco a poco intergeneracionalmente. Ahora mismo, en teoría, el público mayor está en Facebook y el más joven en TikTok, siendo Instagram el lugar intermedio donde estamos todas. Pero la realidad es que en la red social de los vídeos por excelencia encontramos contenido hecho tanto por tu vecina Concha de 75 años cocinando croquetas, como por el chaval de 19 años, de vete tú a saber dónde, compartiendo un Get Ready With Me (GRWM).
Porque de eso se trata, de compartirlo todo. De que las personas cercanas a ti vean que estás pasando la tarde en el cine o compartir tus conocimientos en derechos laborales para que otras personas puedan ejercerlos… la generosidad campa a sus anchas en esta generación del like.
De la misma manera que se comparte contenido amable, también se comparten opiniones que son su propio veneno. Los haters hacen muy bien su trabajo y participan directamente en el boicot de la democracia en redes. Además, no hay que obviar los poderes que hay detrás de cada plataforma, que influyen en el contenido y en el continente: los partidos políticos con sus ejércitos de bots, y Musk y Zuckerberg haciéndose de oro con el imperio de los datos.
Podemos ver el vaso medio lleno o medio vacío. Personalmente opino que deberíamos utilizar las redes como espacios de luz, aún sabiendo que existe un lado oscuro. Sigamos utilizando las herramientas que tenemos a nuestro alcance para hacer el bien y acompañemos a la sociedad en este nuevo capítulo en la era de la información. Y si no lo haces ya, no sé a qué estás esperando.