HACE UNOS AÑOS, CON OCASIÓN DE UN ACTO SINDICAL, una madre que asistía pidió la palabra y me dijo que tenía una hija de 21 años y un hijo de 23. Me transmitió su preocupación porque ninguno de los dos, a pesar de ser trabajadores, se comprometían con actividades sociales o políticas, y quería saber qué podría decirles para que abandonaran el “pasotismo” y se comprometieran sindicalmente.