9 de marzo: huelga general en educación

TRAS LA CONSTITUCIÓN DEL NUEVO GOBIERNO, el pacto educativo se convierte en una de las apuestas emblemáticas de la legislatura. Los principales partidos políticos toman posiciones sobre el tema y afinan sus propuestas de cara a la negociación.

Apostar por un cambio de rumbo

TRAS LA INVESTIDURA DE MARIANO RAJOY como presidente del Gobierno y la ratificación de Íñigo Méndez de Vigo en el Ministerio de Educación, tenemos dos cosas claras: que nos enfrentamos a una nueva legislatura del PP que -aunque en minoría- tratará de sacar adelante su agenda, y que la aritmética parlamentaria permite un amplio campo de juego en el que nuestras propuestas podrían abrirse camino.

Sin legitimidad ni credibilidad

AHORA RESULTA QUE EL PP quiere un pacto educativo. Lo ha proclamado en la campaña de las elecciones de junio y lo ha suscrito en el nonato pacto de investidura con Ciudadanos. Dice querer armarlo el ministro Méndez de Vigo, que, nada más aprobar unilateralmente y contra la opinión de la comunidad educativa el decreto que regula las reválidas, se ha puesto a la faena con denuedo, convocando de urgencia a las partes implicadas.

Todo para la educación pero sin la comunidad educativa

ES COSA SABIDA QUE EN NUESTRO PAÍS EL ARBITRISMO TIENE UNA LARGA TRADICIÓN. Hay expertos en dar alternativas disparatadas y encontrar soluciones taumatúrgicas para los problemas más complejos. Digo esto porque en los últimos días ha surgido una nueva iniciativa que aboga por una “hoja de ruta para un pacto educativo”.

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Priorizar la agenda social, derogar la LOMCE, revertir los recortes

AUNQUE LAS ELECCIONES DEL 20-D nos han dejado un escenario político lleno de incógnitas y de incertidumbres, en CCOO vamos a aprovechar el momento para poner énfasis en nuestras propuestas, en la lógica de ganar la complicidad de la mayoría de la sociedad para reforzar nuestra posición ante cualquier gobierno que pueda salir de la compleja aritmética parlamentaria.