LA BRECHA SALARIAL, Y TODAS LAS OTRAS, IMPACTAN EN MUCHOS ESPACIOS, Y TAMBIÉN EN LA UNIVERSIDAD. Y no solo lo hacen en el ámbito de los gobiernos de las instituciones, sino también en la promoción, la carrera profesional y hasta en el propio alumnado. De ahí que es fundamental dar pasos desde la sociedad y las leyes para implementar los cambios necesarios, con el fin de alcanzar una igualdad real que favorezca la elección de la trayectoria académica sin sesgos, y para que las oportunidades de promoción y desarrollo no estén teñidas de las costumbres que perpetúan las diferencias entre mujeres y hombres.