Respetar a los animales es respetarnos a nosotros mismos

ES HABITUAL QUE HABLEMOS DE INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN, entre las cuales se incluye también al Ministerio. Sin embargo, creo que lo más acertado sería llamarles de enseñanza o aprendizaje, porque enseñar no es educar. La enseñanza se imparte y la educación se recibe.

Desde 1997, cada 10 de diciembre se conmemora el Día Internacional de los Derechos de los Animales para concienciar a la sociedad sobre que ellos son seres vivos que sienten y padecen como todas las personas.

Como comunidad docente, podemos enseñar desde las primeras etapas que amar, respetar y cuidar a los animales está ligado al respeto entre las personas y la educación en valores, por lo que estos nunca deberían cuestionarse.

“El amor a todas las criaturas vivientes, es el más noble atributo del hombre”, decía Charles Darwin, una frase que es necesario refrescar. Así, enseñar a niñas y niños desde su más temprana edad el respeto hacia el resto de los seres vivos es la clave para que en el futuro, como adultos, tengan conductas sanas. Educar en la empatía hacia los animales y el entorno es la base para crear una sociedad más sana, respetuosa, inteligente y que sepa valorar el bienestar conjunto, implementando así valores como la autoestima, el respeto, la responsabilidad…

«Enseñarle a un niño a no pisar una oruga es tan importante para la oruga como para el niño». B. Millar.

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