Entre los factores que nos hayan llevado a tener este bajo número de jóvenes afiliados están:
- La situación del mercado laboral actual, que hace muy complicado que las personas jóvenes accedan y, además, en unas condiciones dignas.
- La atomización del trabajo, aunque es un efecto que la reforma laboral ha conseguido frenar para que no fuese tan perjudicial.
- El discurso antisindical, especialmente contra el sindicalismo de clase, presente en la sociedad, los medios de comunicación, los discursos de la derecha y de la ultraderecha, empresariado y un largo etcétera, insistiendo en que el modelo está obsoleto, que todas las organizaciones sindicales somos iguales, que solo sabemos aprovecharnos del dinero público (argumento que se contradicen con los datos), que no somos útiles y las constantes campañas de desprestigio.
- La falta de concienciación, en ocasiones, de la necesidad de organizarnos, de tener espíritu crítico y no complaciente, entender que el esfuerzo depende de todas y todos, y no solo en las personas trabajadoras, ante determinadas situaciones de crisis; y, sobre todo, del concepto de colectividad dentro del concepto de vida laboral.
Las y los jóvenes sí están organizados, pero en otro tipo de movimientos: estudiantiles, ecologistas, feministas… Como dice Lucía Aliagas, coordinadora nacional de Acció Jove-CCOO de Catalunya, “la juventud no percibe el sindicalismo como una forma de juntarse para mejorar sus vidas, sino que lo ven como algo ajeno”.
Es muy posible que la pandemia cambiara esta percepción y nos hiciera darnos cuenta de la necesidad de vivir en colectividad en todos los aspectos de nuestra vida y, sobre todo, en el ámbito laboral.
Ante todos estos factores, desde CCOO debemos ser capaces de llegar a las personas jóvenes, en especial a trabajadoras de los sectores feminizados (escuelas infantiles, discapacidad, ocio infantil, docentes de Primaria e Infantil, personal de administración y servicios) que tienen peores condiciones y, en muchas ocasiones, rozan la precariedad.
Porque somos una organización de clase, formada por personas afiliadas feministas, solidarias, que luchan para conseguir una sociedad más justa, democrática, reivindicativa y participativa; que pretende representar y defender de forma adecuada los intereses del mundo asalariado, de los y de las pensionistas, de las personas en el paro, de las personas migrantes y de la juventud.