Este es un caso real de un centro educativo y es más frecuente de lo que nos podemos imaginar. Indudablemente es necesario proteger a las víctimas, pero ¿qué hacer con quien acosa?, ¿cómo actuar? Sin duda, es necesario evaluar caso a caso para establecer medidas sancionadoras y educativas a partir de los derechos que reconoce la Convención de los Derechos del Niño, cuando establece que “(…) la represión o el castigo, deben ser sustituidos por los de rehabilitación y justicia restitutiva (…)”.
El acoso escolar hay que abordarlo con un enfoque global de derechos de la infancia, tanto para la víctima como para quien o quienes acosan, pues son menores cuyos derechos hay que garantizar y proteger.
No se trata de asignar o quitar culpas, ni de evitar medidas para erradicar cualquier forma de violencia en el centro. Pero, de la misma manera en la que trabajamos para evitar la revictimización de la persona acosada, hay que poner en el foco de cualquier plan a quienes acosan y a quienes callan ante esta situación, una visión global para abordar todas las aristas del problema.
Las políticas de mano dura tienen efectos muy destructivos en menores, en particular en adolescentes, porque su enfoque punitivo victimiza a los niños y las niñas al responder a la violencia con más violencia, tal como señala el Comité de los Derechos del Niño. El acoso escolar, en su vertiente más amplia, es un problema de difícil (que no imposible) solución y que pasa, necesariamente, por la educación. Con unos planes que promuevan valores de igualdad social, tolerancia por la diversidad y formas no violentas de resolución de conflictos, podríamos afrontar la situación para el presente y, sobre todo, de cara al futuro.
Desde la Federación de Enseñanza de CCOO entendemos que este tema requiere una reflexión en profundidad y un pacto por parte de toda la comunidad educativa. Todas y todos tenemos mucho que decir y hacer para evitar situaciones de acoso, de violencia, para educar en el respeto a la diversidad y a la diferencia, del tipo que sea. Otro mundo es posible… y está en nuestras manos conseguirlo.