Lo que ya todo el mundo sabe: el Ministerio de Trabajo ha acordado con CCOO y UGT subir el salario mínimo interprofesional (SMI) para 2024 un 5%, desde los 1.080 euros por catorce pagas hasta los 1.134 euros, una subida de 54 euros al mes. Esta se aplicará con efectos retroactivos desde el 1 de enero de 2024 y beneficiará a más de 2,5 millones de personas, de las que un tercio serán mujeres y jóvenes.
Lo que no todo el mundo sabe, pero demuestran los datos: la subida del SMI crea empleo. La evolución del SMI y de los salarios está rompiendo todos los dogmas neoliberales sobre la gestión de los mercados laborales. Hay un discurso dominante que dice que el salario mínimo tiene un efecto demoledor sobre el empleo y esto se asume de forma acrítica desde muchos espacios; pero un Nobel, el economista David Card, ha demostrado que las subidas de los sueldos bajos no afectan al empleo. Esto es compatible con las más de 20.800.000 personas que están trabajando en España (un récord histórico en personas cotizantes), con una mejora sustancial de la contratación indefinida y de la calidad del empleo. En definitiva, no son ciertos los malos augurios.
Lo que todo el mundo debería saber: la subida del SMI es una potente política feminista. Del total de personas perceptoras, seis de cada diez serán mujeres, lo que supone 1,75 millones frente a 1,1 millones de hombres. Con esta subida, habría un 55% de mujeres beneficiarias más que hombres. Además, el porcentaje de mujeres perceptoras del SMI sobre el total de asalariadas rondaría el 20%, frente al 12% de los hombres. Por tanto, el aumento del SMI ayudará a seguir reduciendo la elevada brecha salarial. Las mujeres continúan teniendo, en general, salarios más bajos y ocupan mayoritariamente algunos sectores muy afectados por el SMI, como Empleadas de Hogar u Hostelería, por lo que la medida las beneficia mayoritariamente. En definitiva, la vertiginosa subida que ha experimentado en los últimos años el SMI ha tenido un impacto muy positivo en la brecha de género, puesto que la mayor parte de beneficiarias de estos incrementos han sido las mujeres. Así, la brecha se ha reducido casi seis puntos desde 2018, principalmente a consecuencia de que el SMI ha escalado casi un 50% en el último lustro, de 736 euros mensuales a 1.134 euros en 2024.
Le moleste a quien le moleste, pese a quien le pese e inventen lo que inventen, SÍ, el sindicato es el instrumento para mejorar la vida de la gente, acabar con el diferencial salarial con Europa, luchar contra la brecha de género y redimir la pobreza salarial.