El sector educativo más feminizado

EL PERSONAL DE ADMINISTRACIÓN Y SERVICIOS EDUCATIVOS DE CENTROS PÚBLICOS NO UNIVERSITARIOS ES EL MÁS FEMINIZADO, superando incluso al profesorado.

Según el Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes, de aproximadamente 70.000 trabajadoras y trabajadores en el sector, contando régimen general y especial, más del 78% son mujeres. El porcentaje femenino en Infantil, Primaria y Especial es aún más elevado que la media, superando el 80%. Educadoras/es infantiles, enfermeras/os escolares, fisioterapeutas, auxiliares técnicos educativos, integradores/as sociales son categorías profesionales mayoritariamente de mujeres. También lo son en categorías como personal auxiliar de servicios, cocina y comedores.

Entre los países que componen la OCDE existen diferencias significativas en la proporción de mujeres en la educación y la enseñanza. En Primaria, Japón y Turquía presentan un porcentaje del 64%, mientras que, en el otro extremo, Lituania alcanza el 97%.

Según datos de la OCDE, esto se debe principalmente a estereotipos históricos de género. Aunque con menor preponderancia que hace unas décadas, la enseñanza se suele considerar un trabajo destinado a ellas, porque se ajustaba al estereotipo tradicional de las tareas de cuidados que se asocian a la mujer.

Otro motivo por el que las mujeres deciden realizar esta carrera profesional es que la oferta de trabajo es muy atractiva para las madres trabajadoras, pues ofrece una flexibilidad de compatibilizar la vida laboral y la familiar.

El servicio educativo también puede realizarse como trabajo a tiempo parcial, lo que puede facilitar la conciliación. Una de cada cinco tiene este tipo de contrato, un porcentaje 4 puntos mayor que los hombres.

Las diferencias entre hombres y mujeres en los niveles salariales son otro factor que contribuye al desequilibrio de género en la enseñanza y en la educación en general. A pesar de que esta es una de las pocas profesiones en España donde la mujer no sufre discriminación en el sector público, no así en el privado, lo cierto es que en las categorías y niveles de limpieza, cocina, comedor, vigilancia y control, etc., los salarios base apenas superan el salario mínimo interprofesional, lo que origina un menor poder adquisitivo y condiciones económicas más precarias, por lo que se hace necesaria la subida acorde con la formación, las funciones que realizan y la responsabilidad de sus tareas.

El papel de la mujer en la educación ha sido y es fundamental en el desarrollo del buen servicio público de la escuela del siglo XXI. Las cifras así lo  demuestran, por lo que podemos decir que la enseñanza y el servicio educativo son profesiones femeninas en su amplia mayoría que deben de ser valoradas y reconocidas laboral y económicamente por la sociedad, la opinión pública y las administraciones educativas.

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José Luis García Mancera

Secretaría de Personal de Servicios Educativos y Complementarios de FECCOO