A pesar de esto, es cierto que cada cuatro años se produce una mayor concentración de procesos en unos pocos meses, y este curso toca, por lo que debemos dedicar a estas funciones electorales la mayor parte de nuestro tiempo y energía. Es mucho lo que nos jugamos. En este sector hay actualmente algo más de 22.300 delegados y delegadas de personal y miembros de comités de empresa en todo el Estado, y de ellos 5.000 aproximadamente lo son bajo las siglas de CCOO, algo más del 22% del total, situándonos en segunda posición.
FSIE es un sindicato corporativo, de ideología conservadora y con intereses y objetivos coincidentes con los de las órdenes religiosas católicas titulares de la mayoría de los centros concertados y de las universidades mal llamadas sin ánimo de lucro (de Navarra, Deusto, Católica de Ávila, Pontificia de Salamanca, etc.).
Es imprescindible frenar su ascenso en subsectores donde hasta ahora o no estaban o su presencia era testimonial, y mejorar nuestra posición, obteniendo nuevos delegados y delegadas en empresas blancas y en otras en donde nuestra representación es escasa. Es una anomalía que trabajadores de subsectores con condiciones de trabajo precarias y retribuciones bajas, como Discapacidad, Infantil o Privada reglada sin concierto, apuesten por un sindicato que no es capaz de resolver las demandas de trabajadoras y trabajadores, y que se pone siempre de perfil cuando hay que confrontar con los intereses de los empresarios o gerentes de las empresas. Debemos establecer estrategias electorales ligadas a los intereses de los trabajadores y las trabajadoras para que nos perciban como lo que verdaderamente somos, la mejor alternativa sindical para modificar esas condiciones laborales y avanzar en derechos.
En este curso 2022-2023, entre el 1 de septiembre y el 31 de agosto de 2023 caducarán en el sector casi 3.100 actas electorales en todo el Estado, debiendo renovar unos 11.600 delegados y delegadas, más del 50% del total, lo que da una idea de la importancia que tiene para conseguir mejorar nuestros resultados de representatividad y aumentar nuestro poder para cambiar las cosas.
El objetivo al finalizar este curso escolar debe ser, al menos, superar los 2.000 delegados y delegadas electas, y/o superar el 18% de las y los representantes totales elegidos durante este periodo de concentración. En cada comunidad autónoma los objetivos deberán ser necesariamente diferentes, ya que las condiciones de partida también lo son.
Competencia
Una dificultad añadida en algunos territorios es la competencia, además de los sindicatos de ámbito estatal (UGT, FSIE y USO), de otras organizaciones de ámbito autonómico que han ido ganando peso, como ELA y LAB en el País Vasco. También hay que destacar el caso de Asturias, donde un sindicato (OTECAS-CISA) tiene un alto porcentaje de representantes a renovar; o en Galicia, donde el sindicato CIG, con la consideración de más representativo a nivel autonómico, no llega al 12% de delegados/as a renovar, situándose por detrás de CCOO, UGT y FSIE.
En definitiva, una correcta lectura de los datos que aportan las actas próximas a renovar y una buena programación y temporalización de las tareas a desarrollar, previas al inicio de cada proceso, serán claves para ir ganando credibilidad entre quienes van a participar con su voto en los sucesivos procesos que se nos vienen encima en los próximos meses.
Lo que nos hace diferentes
Debemos hacer valer nuestro mayor conocimiento de la realidad que se vive en los centros de trabajo y trasmitirles la influencia que CCOO tiene en el diseño de las políticas públicas de las diferentes administraciones (estatal, autonómicas y locales) en materias tan trascendentales como pensiones, normativa laboral, establecimiento del SMI, sanidad, vivienda, políticas activas de empleo, igualdad, dependencia, prestaciones de los servicios sociales, impuestos, etc.
La labor que desarrolla CCOO en los diferentes ámbitos de diálogo social y su presencia en multitud de instituciones, inciden significativamente en decisiones que mejoran la calidad de vida de la clase trabajadora y contribuyen al reparto de la riqueza, tanto o más que la labor específica de negociación en los convenios colectivos. Y la continuidad en toda esa enorme labor transformadora y de mejora de una sociedad democrática, abierta, justa y avanzada solo se puede garantizar con unas CCOO fuertes, manteniendo su posición como principal fuerza sindical de este país.
Debemos ser capaces de transmitir a los trabajadores y a las trabajadoras que con su voto en cada elección deciden mucho más que la simple designación de las y los representantes ante la empresa. Que no es igual votar por CCOO que hacerlo por otras organizaciones que se conforman solo con mejorar cuestiones menores del día a día en la empresa, o que incluso, como en algunos casos, manifiestan su sintonía con organizaciones políticas que quieren hacernos retroceder en derechos laborales y sociales.
El objetivo no es fácil, pero echándole pasión y convicción en lo que defendemos conseguiremos avanzar hasta recuperar esa primera posición como sindicato más representativo en el conjunto de centros de enseñanza privada y socioeducativos.