Si ponemos el foco en la música y la danza, cabe destacar que son estudios que cuentan con un desarrollo progresivo, desde niveles elementales y profesionales hasta alcanzar la titulación superior reconocida, ya con la LOMLOE, como estudios superiores de grado. Las personas que crecen desde edades tempranas junto a un instrumento musical o que dedican muchas horas semanales al ejercicio físico que requiere la danza adquieren una plasticidad corporal que, si no se desarrolla convenientemente, puede generar lesiones temporales o que, incluso, se pueden cronificar. La adquisición de una técnica correcta en el aprendizaje de estas disciplinas es fundamental para un buen desarrollo profesional y para evitar problemas físicos en el futuro, sobre todo si la dedicación es en el ámbito docente o profesional.
Otra de las cuestiones relevantes que afectan a estas enseñanzas, y que acompañan a las y los artistas a lo largo de su formación y de su carrera, es la salud mental y el control del estrés. El miedo escénico es un elemento que puede ocasionar problemas de salud y que podría afectar de forma psicosomática. Para ello se han desarrollado algunas técnicas para el control del estrés y para la relajación especialmente diseñadas para este colectivo, que deberían incorporarse a la formación inicial y permanente.
Consideramos que tanto en el mundo de la danza como en el de la música sería muy conveniente incorporar en plantilla a profesionales de fisioterapia y de psicología clínica especializada en el área de atención en el ámbito artístico, que ayudarían a reducir notablemente los riesgos de salud, físicos y mentales directamente relacionados con la docencia y con el desarrollo profesional.
Respecto a la salud en otras ramas de las enseñanzas artísticas, tales como la cerámica, el vidrio o la restauración, vemos más cercanía en cuestiones de seguridad y salud relacionadas con cargas o con productos tóxicos.
En definitiva, colocarse frente al público supone muchas horas de dedicación que exigen una disciplina física y mental. Por ello, es imprescindible una buena preparación técnica desde edades tempranas y el desarrollo de capacidades y habilidades encaminadas a mantener una fuerte resistencia frente al fracaso y al estrés.