La lucha por la igualdad continúa

A PESAR DE LOS SIGNIFICATIVOS AVANCES LOGRADOS GRACIAS A LA LUCHA FEMINISTA, la desigualdad sigue marcando la situación dentro y fuera del mercado laboral, tal como apunta Albert Llargúes en su artículo. Las mujeres sufren mayor precariedad contractual, la temporalidad y la parcialidad les afectan de forma especialmente intensa, así como la segregación horizontal y vertical, la brecha salarial o el techo de cristal.

Algunos datos ilustran la situación que acabamos de señalar: la brecha salarial supera el 20% en favor de los hombres; los datos indican que los cuidados de menores y/o familiares reflejan que las mujeres siguen asumiendo estos roles; el último informe sobre negociación colectiva elaborado por CCOO refleja que los grupos de menor salario corresponden a profesiones feminizadas…

Hoy, el movimiento sindical cuenta con una herramienta fundamental para cambiar la situación descrita: los planes de igualdad. En este número repasamos la normativa que los ampara y las condiciones que para CCOO deben garantizar, comenzando por la necesidad de partir de un buen diagnóstico, participado por la representación de los trabajadores y las trabajadoras. Además, los planes registrados cuentan con comisiones de seguimiento, cuya atención es prioritaria.

Pero aún estamos lejos de conseguir que todas las empresas obligadas a tener un plan de igualdad lo hayan registrado. Además, los planes han de renovarse cada cuatro años, lo que, junto con la negociación de los nuevos, constituye un reto organizativo de primer nivel y nos alerta sobre la necesidad de negociar la dotación de recursos vinculados a la negociación y el seguimiento de estos planes.

Los planes de igualdad son, pues, un instrumento de poder sindical, de capacidad contractual, que permiten avanzar en la lucha por la igualdad y que constituyen también una oportunidad para acceder a las empresas y mejorar nuestra representación.

Por otra parte, CCOO ha puesto en marcha el Observatorio de Acoso Sexual y Acoso por razón de sexo en el trabajo, una línea directa de asesoramiento, formación, información o consulta que constituye una herramienta pionera en el ámbito sindical para la lucha contra el acoso sexual en el trabajo.

El próximo 8 de marzo hay que volver a teñir las calles de morado. La lucha por la igualdad continúa.

En tanto, todo apunta a que en el ámbito político vamos a vivir una legislatura crispada y de gestión compleja. Por un lado, la oposición se ha instalado en un discurso de deslegitimación permanente del Gobierno, con argumentos que excitan el populismo más descarnado y ponen en solfa los fundamentos de la propia democracia. Por otro, los apoyos políticos necesarios para sacar adelante las iniciativas legales en el Parlamento nos remiten a la aludida complejidad. Acabamos de ver con la votación de la Ley de Amnistía que no puede darse nada por seguro. Por eso, desde el Área Pública Confederal de CCOO, hemos instado al Gobierno a convocar con carácter urgente la Comisión de Seguimiento de los acuerdos en materia de empleados/as públicos/as y a garantizar el incremento retributivo pactado para 2024, por mecanismos diferentes a la Ley de Presupuestos Generales del Estado.

Proponemos una bajada de ratios vinculada a las necesidades de aprendizaje del alumnado, reforzando la red de orientación y los apoyos para atención a la diversidad. Para CCOO, el monto económico de este plan ascendería a 2.768 millones de euros

En el ámbito educativo la situación no es mejor. Al anuncio realizado por el presidente del Gobierno de un plan para mejorar los resultados de nuestro país en la prueba PISA en Lengua y Matemáticas, le sigue la propuesta del PP sobre una EBAU, imposible en el actual marco educativo y competencial, que tiene más de fuego de artificio para cambiar el foco del debate, que de propuesta rigurosa. Nada importa, salvo erosionar la posición y el discurso del adversario.

Las iniciativas tomadas por algunas consejerías de educación gobernadas por el PP parecen inspiradas por la intención de disputarle el espacio y el discurso a VOX. Como muestra, la firma de un convenio entre el Gobierno andaluz y una fundación ultraderechista para organizar conferencias sobre ETA –disuelta hace once años– en institutos andaluces, en lo que constituye un ejemplo claro de utilización de la educación como campo de batalla político e ideológico. Este parece que va a ser el signo de la legislatura.

La propuesta del Gobierno para mejorar los resultados de nuestro país en PISA nos ha parecido insuficiente. La dotación económica, básica para el desempeño de cualquier propuesta de mejora, no se ha acabado de concretar, aunque la cifra barajada en los primeros momentos de 500 millones de euros en cuatro años se quedaba muy corta. Desde CCOO entendemos que hay que abordar mejoras estructurales en el sistema educativo, más allá del plan puntual propuesto. Para ello proponemos una bajada de ratios vinculada a las necesidades de aprendizaje del alumnado, reforzando la red de orientación y los apoyos para atención a la diversidad. Para CCOO, el monto económico de este plan ascendería a 2.768 millones de euros.

Hay que asegurar, además, que las inversiones previstas en el plan de mejora tengan carácter finalista, para garantizar que las CC. AA. no las destinan a fines diferentes a los previstos. Y, por supuesto, esta iniciativa debe discurrir en paralelo a la negociación en las mesas sectoriales de mejoras en las condiciones laborales del profesorado y de una ley de Estatuto Docente.

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Francisco García

Secretario general FECCOO