Y seguimos observando, en este sentido, que la brecha de género en la sociedad sigue muy presente en los permisos que tienen que ver con los cuidados, la maternidad y la paternidad, y especialmente cuando hablamos de aquellos no retribuidos, como las excedencias o los asuntos propios. En este sentido, otro aspecto es la diferencia que supone la continuidad en la carrera profesional y las intermitencias que puede tener esta por cuestiones de genero que siguen muy presentes.
Hay también factores propios del sector sobre los que debemos reflexionar y abordar soluciones. No parece casualidad que, dentro de los cuerpos docentes, aquellos que mejores condiciones tienen y gozan de más reconocimiento retributivo son los menos feminizados en las plantillas. Cuanto más porcentaje de mujeres tiene un cuerpo menos nivel tiene. Lo más llamativo es que el cuerpo de maestras y maestros de Infantil y Primaria sigue teniendo un subgrupo inferior, A2 en lugar de A1, y mucho menos nivel de complemento de destino. Dentro de los cuerpos docentes, el de maestras y maestros es el que más porcentaje de mujeres tiene, con más de un 82%, y el cuerpo de mayor nivel, el de Secundaria, tiene el menor porcentaje de mujeres (60%).
Hay que tener en cuenta también que, aunque el porcentaje de mujeres en cargos directivos ha ido subiendo, aún no llega al porcentaje de plantilla de mujeres en esas mismas enseñanzas: un 66% de directoras en centros de Primaria, frente al 82% en plantilla, y un 44% de directoras en centros de Secundaria y FP, frente al 60% de la plantilla.
Debemos reivindicar mejoras en las retribuciones, las condiciones laborales y el reconocimiento de todo el profesorado, y también en una mayor igualdad, pues todas y todos tenemos una función vital y una responsabilidad social máxima. Debemos ser un colectivo unido, independientemente de la etapa educativa en la que desempeñemos nuestro trabajo, para poder exigir juntas y juntos mejoras en las condiciones en las que desarrollamos nuestra labor que, directamente, redundarán en una mejora del sistema educativo público.
Por ello necesitamos que esta sea la legislatura del profesorado con una ley que mejore y homologue, de una vez, nuestras condiciones. Un estatuto docente para la educación que queremos, y una educación que refleje la sociedad a la que aspiramos: más justa y más igualitaria.